El pasado martes 31 de marzo, el exsecretario de Comunicaciones y Transportes (SCT) en la administración de Enrique Peña Nieto, Gerardo Ruiz Esparza, fue trasladado al Centro Médico ABC de la Ciudad de México a consecuencia de un infarto. Al día siguiente el exmandatario, quien había mantenido silencio en su cuenta de Twitter desde junio pasado, lamentó el fallecimiento de quien, dijo, fue un “gran ser humano y servidor público de excelencia” y “responsable de importantes proyectos de infraestructura en todo México”. Pero la realidad dice otra cosa. Gerardo Ruiz Esparza se había convertido en unas de las caras de la corrupción más famosas dentro de los Gobiernos estatal y federal de Enrique Peña Nieto. Con el apoyo del extitular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, y varios integrantes del llamado Grupo Atlacomulco, como el hoy gobernador Alfredo del Mazo Maza, quien operaba desde Banobras, Ruiz Esparza autorizó de manera irregular la entrega de millonarias concesiones a la constructora española OHL, a cambio de recursos que fueron a parar a las campañas electorales del PRI, incluida la que llevó a Peña Nieto a la Presidencia. Al menos cuatro denuncias fueron interpuestas en su contra por actos de corrupción en el sexenio pasado, mientras que el actual Gobierno federal había comenzado a investigarlo por sus nexos con la referida empresa española, misma que desde la administración federal de Felipe Calderón había sido favorecida con millonarios proyectos, incluido el complejo de Mayakoba, en la Riviera Maya de Quintana Roo.
Javier Ramírez
Uno de los hombres más fuertes y protegidos dentro del gabinete federal de Enrique Peña Nieto fue Gerardo Ruiz Esparza, quien fungió como titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Mientras estuvo en ese cargo fue relacionado con diversos actos de corrupción, como el más grande de todos y que involucró a la constructora española OHL.
Ruiz Esparza, quien también fue secretario de Comunicaciones durante la gubernatura de Peña Nieto en el Estado de México, permitió a la referida empresa hacerse de millonarios contratos para la construcción de carreteras a lo largo y ancho del país, a cambio de financiamiento ilegal para las campañas electorales del Partido Revolucionario Institucional.
Con su repentina muerte, ocurrida el pasado 1 de abril por un derrame cerebral, las investigaciones que el actual Gobierno federal había abierto en su contra, pero que alcanzarían al mismo Peña Nieto y otros integrantes de su gabinete, podrían terminar archivadas.
Integrante del Grupo Atlacomulco
Gerardo Ruiz Esparza, nacido en la Ciudad de México en abril de 1949, tuvo sus primeros cargos públicos como asesor financiero, luego de graduarse de Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México y terminar una maestría en la Universidad de Michigan.
Su inclusión dentro del llamado Grupo Atlacomulco se dio de la mano de Alfredo del Mazo González, gobernador del Estado de México a principios de los 80 –y padre del actual gobernador mexiquense-, quien lo designó como secretario general de Gobierno.
Luego de mantenerse unos años dentro de la administración de la Ciudad de México y en varios cargos en dependencias federales, regresó en 2005 al Estado de México con la llegada de Enrique Peña Nieto a la gubernatura.
OHL, concesionaria favorita
Fue durante su paso como secretario de Comunicaciones del Estado de México que Ruiz Esparza permitió a la constructora española Obrascón Huarte Lain (OHL) establecerse como una de las compañías con más concesiones en esa entidad, siendo las obras del Circuito Interior Mexiquense y el Viaducto Bicentenario las que más se prestaron para la corrupción y el lavado de dinero.
Pese a que desde aquella época Ruiz Esparza ya había sido señalado como el principal responsable de la corrupción del Gobierno mexiquense, Peña Nieto, quien se alistaba para buscar la Presidencia de la República, nunca dejó de apoyarlo, al grado de que le permitió llevar su campaña presidencial, incluidos los infames ‘compromisos’ que firmó ante notario público.
En marzo de 2011, durante la campaña de Eruviel Ávila al Gobierno mexiquense, Ruiz Esparza, quien aún fungía como secretario de Comunicaciones, autorizó incrementar las cuotas del peaje en el Viaducto Bicentenario, las cuales OHL comenzaría a cobrar en 2013.
Tras asumir Peña Nieto la Presidencia de la República se convirtió en el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, lo que le permitió encubrir los negocios con OHL.
Audios filtrados
En julio de 2015 se dio a conocer un primer audio en el que se involucraba a Ruiz Esparza en una entrega de información privilegiada a OHL-México para que pudiera ganar varias licitaciones públicas, así como se corroboraba el pago de unas vacaciones personales por parte de la misma empresa.
El entonces titular de la SCT rechazó categóricamente lo que se escuchó en el audio, aunque luego se dieron a conocer otras grabaciones, ahora de José Andrés de Oteyza, quien era presidente del Consejo de Administración de OHL-México, hablando con el funcionario.
El audio de otra plática, entre Pablo Wallentin y una mujer de nombre Adriana, ambos empleados de OHL, también reveló que Ruiz Esparza se había quejado por el cobro de su estadía en el Hotel Fairmont Mayakobá, en la Riviera Maya, propiedad de OHL.
Denunciado ante la PGR
En noviembre de 2018 fueron interpuestas cuatro denuncias ante la Procuraduría General de la República (PGR) en contra del aún titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, por presuntas transferencias ilegales de dinero y la entrega de concesiones irregulares a OHL.
En una de las denuncias se destacó que, en 2016, Ruiz Esparza, con el respaldo del secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, transfirió ilegalmente tres mil 600 millones de pesos desde la SCT al Gobierno del Estado de México, encabezado por Eruviel Ávila, como un supuesto subsidio.
Dicha cantidad fue determinada por Banobras, cuyo director en ese entonces era Alfredo del Mazo Maza, y por el delegado del Fondo Nacional de Infraestructura, hoy gobernador, el primero, y secretario de Comunicaciones, el segundo, del Estado de México.
El resto de las denuncias presentadas pedían investigar la transferencia de la Constructora Proyectos Viales de México -subsidiaria de OHL México-, de 1.4 millones de euros, a Suiza, para financiar una campaña electoral en España, así como indagar sobre la ampliación a 30 años de la concesión de la autopista Amozoc-Perote otorgada a OHL, a pesar del retraso en la puesta de operación.
Asimismo, durante su última comparecencia ante el Senado de la República, Ruiz Esparza fue confrontado por el socavón registrado en julio de 2017 en el Paso Exprés de la autopista México-Cuernavaca, en el que un hombre y su hijo murieron. Dicha obra de la SCT, que tuvo un retraso de cuatro meses, había costado el doble de lo acordado y presentaba irregularidades por 300 millones de pesos en la Cuenta Pública de 2015.
Tras la tragedia, el único castigo fue el cese del delegado de la SCT en el Estado de Morelos, José Luis Alarcón.
El año pasado, la Unidad de Inteligencia Financiera, dirigida por Santiago Nieto Castillo, había anunciado la apertura de una investigación contra Ruiz Esparza por sospechas de actos de corrupción con OHL.