LAS ‘FÁTIMAS’ DE QUINTANA ROO

EN QUINTANA ROO, LAS MUJERES VÍCTIMAS DE LOS
CRIMINALES SUFREN TAMBIÉN EL DE LA IMPUNIDAD
EL NORTE DEL ESTADO PRESENTA EL MAYOR NÚMERO DE
AGRESIONES CONTRA MUJERES, LA MAYORÍA DE ELLAS A
CAUSA DEL CRIMEN ORGANIZADO, PERO EL SUR TAMPOCO
SE QUEDA ATRÁS, AL REGISTRAR ALGUNO DE LOS PEORES
CASOS OCURRIDOS EN LOS ÚLTIMOS 15 AÑOS Y QUE HAN
QUEDADO IMPUNES POR CULPA DE LAS AUTORIDADES

Javier Ramírez

De acuerdo con cifras del Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (Banavim), coordinado por la Secretaría de Gobernación (Segob), hasta marzo de este año se han registrado en Quintana Roo 40 mil 957 casos de violencia contra las mujeres, con 18 presuntos ‘feminicidios’ ocurridos el año pasado, 10 más que en 2019, siendo los Municipios de Benito Juárez y Solidaridad los que más hechos tuvieron, con ocho cada uno, seguidos de Othón P. Blanco, con dos.

De esta manera, Quintana Roo concentró el 7.85 por ciento de los 507 mil 900 registrados a nivel nacional en 2019.

Especialistas aseguran que desde que se decretó en 2017 la ‘alerta de género’ en la entidad, las autoridades de los tres niveles de Gobierno no han atendido de manera adecuada los casos, que no han hecho más que crecer y quedar impunes.

Son varios los casos que han conmocionado a la sociedad en los últimos 15 años, principalmente en la Zona Sur del Estado, que ha sufrido menos la llegada masiva de inmigrantes y donde los cinturones de miseria son de tiempos recientes y mucho menos progresivos, a diferencia de lo que se vive en Cancún, Playa del Carmen y Tulum –convocados por el fulgor turístico, el descontrol gubernamental y la industria delictiva como alternativa de ocupación-, y por lo tanto está menos acostumbrada a los crímenes que ocasiona la descomposición social, aunque los fenómenos de la lumpenización, la degradación comunitaria y sus pestes asociadas de ignorancia y violencia, están evolucionando de manera vertiginosa.

Adriana

El caso de Adriana Méndez Delgado, acontecido en 2006, fue el primero en sacar a la luz la ineficacia y corrupción de las autoridades policiacas.

El 19 marzo de ese año, la joven fue vista por última vez afuera de una discoteca de Chetumal. Luego de tres días de intensa búsqueda por parte de sus familiares, su cuerpo fue encontrado maniatado y decapitado en un predio de la comunidad de Cocoyol, en la Ribera del Río Hondo.

En ese entonces el principal sospechoso de las autoridades fue Eduardo Aguillón Moreno, exnovio de Adriana, pero no pudieron comprobarle nada ni mucho menos asegurarlo. A los pocos días el sujeto se mató arrojándose de la azotea de su casa.

El entonces procurador de Justicia del Estado, Bello Melchor Rodríguez Carrillo, anunció meses después la detención del presunto asesino, Rafael A.D., alias “El Chiquis”, pero el juez penal no encontró elementos en su contra y fue absuelto en 2009.

Su familia nunca volvió a tener avances del caso ni mucho menos pudo localizar la extremidad de Adriana, pues aunque en diciembre de 2018 fue localizado un cráneo en un predio baldío del Boulevard Bahía y se especuló que pudiera tratarse del de ella (al ser el único caso de esta índole ocurrido en Chetumal), no se pudo determinar su origen.

Jazmín

La tarde del 22 de noviembre de 2008, la pequeña Jazmín Iridian Jiménez Ramos, de 10 años de edad, fue enviada por su madre a comprar a una tienda cercana a su casa, en la Colonia Proterritorio, de Chetumal, pero nunca más regresó. Al día siguiente su cuerpo semidesnudo fue encontrado en un terreno baldío del Fraccionamiento Arboledas, a unas cuantas cuadras de su hogar. Había sido violada y acuchillada hasta morir. Junto al cuerpo habían encontrado una camiseta del equipo de fútbol Chivas de Guadalajara, una botella de licor y el arma homicida.

Las autoridades establecieron un fuerte operativo policiaco basándose en la descripción que testigos dieron sobre un presunto sospechoso, el cual, vestido con una playera del referido equipo de fútbol y a bordo de una bicicleta, había contactado a la pequeña cuando estaba en la calle.

Cinco días después, el 28 de noviembre, la Procuraduría encabezada por Bello Melchor Rodríguez anunció con bombo y platillo la detención del presunto asesino, Aníbal M.M., de 34 años de edad, vecino del Fraccionamiento Arboledas.

De acuerdo con la versión de las autoridades dada a conocer en esa fecha, fue su esposa, Minelia P.K., quien había denunciado que estaba escondido en el Ejido Chichonal, en Tabasco. Además, se dijo que un niño lo identificó como el sujeto que habló esa tarde con Jazmín.

Sin embargo, el presunto negó en todo momento las acusaciones, asegurando que cuando ocurrió el hecho estaba trabajando y que después había acudido a una tienda a comprar adornos navideños.

Lo peor fue que debido a la negligencia con la que operaron los peritos de la entonces Procuraduría, las huellas dactilares del asesino no fueron encontradas en las prendas de la niña ni en el cuchillo con el que la ultimaron. Además, la ropa interior de la pequeña, en la que habían quedado fluidos del asesino, fue mal procesada y terminó siendo destruida al quedar contaminada.

Las autoridades tampoco pudieron -ni quisieron- pagar la prueba de ADN para probar el presunto crimen de Aníbal, por lo que al final de cuentas salió en libertad dos años y ocho meses después.

La culpabilidad de Aníbal nunca fue probada y quedó como un ‘chivo expiatorio’ debido a un pésimo trabajo de las autoridades.

Lorena

El 15 de agosto de 2012 fue detenido Noé Loaeza Galera, acusado de la muerte de quien fuera su jefa y pareja sentimental, Lorena Esther CauichUicab, quien había sido reportada como desaparecida en noviembre de 2010.

De acuerdo con una declaración en video que fue entregada a los medios de comunicación por parte de la Procuraduría General del Estado -en ese entonces encabezada por Gaspar Armando García Torres-, Lorena sostenía una relación extramarital con Noé, con quien trabajaba en la Delegación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Chetumal.

Una tarde de noviembre, cuando estaban en la casa de Noé, ambos discutieron y pasaron a los golpes. Noé no habría medido su fuerza y provocó que la joven se golpeara con el marco de una puerta, perdiendo la vida instantáneamente.

Al no poder reanimarla, Noé planeó desaparecer el cuerpo utilizando un fogón con el que su madre preparaba tamales. Así, luego de tomar las llaves de su carro y llevarlo al estacionamiento de la referida dependencia (hecho que supuestamente había sido grabado por la cámara de seguridad del lugar), quemó el cadáver utilizando 20 litros de gasolina. Luego de esto arrojó los restos en una zona baldía cercana a su casa.

Posteriormente el joven aseguró haber sido torturado por los elementos judiciales para dar una declaración falsa, amenazando incluso con matar a su madre y a su familia.

Noé continúa presa en el Cereso de Chetumal, pese a que las autoridades no habrían podido comprobar que en verdad los restos que hallaron eran de Lorena, cuya familia continúa en espera de justicia.

Karla, Yureidi, Lidia y María

Entre todos los casos inconclusos o sin aparentes errores judiciales, está el relacionado con la violación y asesinato de cuatro mujeres por parte de quien sería considerado el primer asesino serial de Chetumal, Jorge Alberto Rosales Piña, alias “El Chacal”.

En 2012, las autoridades ya habían recibido el reporte de la desaparición de dos mujeres: Karla Sofía Gutiérrez Pascual y Yureidi Aguilar Sáenz.  Luego de una serie de investigaciones, descubrieron que ambas tenían en común a Rosales Piña. Tras conseguir una orden de cateo a su vivienda ubicada en la Colonia Solidaridad, de Chetumal, encontraron los cuerpos de las dos jóvenes dentro de la fosa séptica. El sujeto fue detenido, pero faltaba lo peor.

Tras confesar los crímenes, relató a las autoridades que había una tercera víctima dentro de la referida fosa. Los peritos regresaron al siguiente día y ubicaron el cuerpo de María Esther Taleno Segovia, quien también había sido reportada como desaparecida.

Además, el criminal dio el nombre de una cuarta mujer, Lidia Stracy Rincón Torres, quien había sido encontrada muerta cerca de la escuela CBTA 11. Las cuatro habían sido estranguladas.

El Chacal fue condenado a varios años de prisión.

Ataques, también a turistas

Muchos otros casos han quedado impunes, tanto en la Zona Sur como en la Zona Norte. Basta recordar la agresión que sufrió la joven cubana Addisbel P. a manos de quien fuera su jefe, el empresario Rolando Castro Santeliz, alias “El Rolo”, en la Colonia Primera Legislatura, de Chetumal, en diciembre de 2018. El ataque fue tan brutal, que perdió 29 dientes y sufrió fractura de quijada y pérdida de los globos oculares. El Rolo, quien fue liberado esa misma noche debido a una mala actuación de policías municipales, continúa libre.

Las agresiones contra jóvenes extranjeras, en su mayoría turistas, también se han vuelto una constante en la Zona Norte del Estado.

Uno de los primeros en haber trascendido y que incluso contó con el apoyo internacional, fue el de Dana Rishpy, joven perteneciente a una de las familias más prominentes de Israel, quien en la primavera de 2007 había llegado a Quintana Roo para vacacionar. Sin embargo, se le perdió la pista cuando llegó a Tulum.

La búsqueda de las autoridades de los tres órdenes de Gobierno contó con la ayuda del Mossad israelí y el FBI estadounidense, pero nunca fue encontrada.

Las investigaciones habían arrojado que al llegar a Tulum el 31 de marzo conoció a un turista alemán, a quien le pidió que guardase su equipaje. Esa noche Dana desapareció de una fiesta celebrada en el Hotel Mezzannine, donde había conocido al estadounidense Mathew RyanWalshin, quien a la semana llamó a la familia de Dana para decirle que no la había visto y tenía su mochila.

La Procuraduría del Estado, cuyo titular era Bello Melchor Rodríguez, había hecho un desastre en la averiguación, al grado de asegurar que la turista había viajado a Guatemala.

Ryan se convirtió en el principal sospechoso, luego de que regresara a Estados Unidos y trascendiera que años antes había sido acusado de drogar a una joven de la Universidad de Santa Cruz para violarla.

En marzo de 2008 fue detenido en Cancún un ciudadano húngaro narcomenudista, por su presunta participación en la desaparición. También en abril de 2009 las autoridades federales informaron sobre la detención de una mujer, amiga personal de Ryan. Ambos fueron trasladados a la Ciudad de México para ser interrogados, pero no se volvió a saber de ellos. El caso continúa abierto.

Más recientemente, en octubre del año pasado, fue confirmado el asesinato de Érika Sánchez Basaldúa, de 25 de edad, originaria de Querétaro, y quien trabajaba en el Hotel Azulik, de Tulum. Había sido vista por última vez el 15 de junio de ese mismo año, cuando salió de trabajar. Su familia y amigos iniciaron una intensa campaña para tratar de localizarla.

Su cuerpo fue encontrado descuartizado, en el interior de una maleta, la madrugada del 21 de agosto, en el Fraccionamiento Misión de las Flores, en Playa del Carmen. Y el principal sospechoso fue su exnovio, quien desde entonces está prófugo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *