“Es algo que no le deseo ni a mi peor enemigo”: así relató el actor Silver Steel su experiencia con la viruela del mono, desde que fue diagnosticado con esta enfermedad.
“Pensé que mi caso de viruela del mono era leve. Ahora tengo dos semanas y las lesiones en mi cara son brutales”, indicó, agregando que la enfermedad también le provocó faringitis estreptocócica derivado de la debilitación de su sistema inmune.
“Ahora tengo lesiones adicionales que aparecen al azar en mi cuerpo, aunque más pequeñas, que se mantendrán pequeñas (espero) a medida que mi recuento de anticuerpos aumente”, describió, asegurando que el contagio no se lo desea ni a su peor enemigo.
Explicó que primero tuvo fiebre, dolor de cabeza y cuerpo, por lo que pensó que se trataba de Covid. Luego sufrió dos días de escalofríos y problemas respiratorios.
Se hizo una prueba casera de Covid-19, pero salió negativa. Al cuarto día comenzó a presentar salpullido en su cara, que se veían como granos o ampollas grandes.
“Me duele demasiado. Ni siquiera sientes comezón, sino dolor, como si alguien estuviera clavándote todo el tiempo una aguja. Tomé medicamentos para aliviar los síntomas pero era tanto lo que sentía, que no pude ni dormir por cuatro días. No podía concentrarme en nada porque la sensación de sentir punzadas en las ampollas era frecuente. Habían momentos en que quería golpearme la cabeza”, declaró.
Ya van casi 13 días de haberse enfermado, y el actor de cine para adultos afirma que ya va de salida. El salpullido ahora lo siente como comezón, aunque ya lo presenta en varias partes del cuerpo. Usa algunos bálsamos para aliviar las molestias, aunque reconoce que no fue sino hasta apenas hace tres días cuando logró conciliar por fin el sueño.
Cabe destacar que la viruela del Mono ya fue considerada una enfermedad de alerta por la Organización Mundial de la Salud, y aunque solo el 10% de los casos requiere hospitalización, en el 80% los pacientes presentan síntomas graves.
En México el Gobierno Federal reporta 90 casos de viruela del mono confirmados, mientras que en Quintana Roo ya van tres.
Hasta ahora se han registrado un mínimo de muertes en el mundo, apenas una docena.
Aunque hay que estudiar más el mecanismo concreto de transmisión, se sabe que se produce por una interacción muy estrecha. De manera similar a la viruela, se ha descrito a través de gotas respiratorias grandes durante el contacto cara a cara directo y prolongado. Además, la viruela del mono puede transmitirse por contacto directo con fluidos corporales de una persona infectada o con objetos contaminados, como sábanas o ropa. Se han documentado otras vías de transmisión, como la de madre a hijo.
No es propiamente lo que se define como una infección de transmisión sexual, aunque también está estudiándose si a través de los fluidos sexuales puede contagiarse. En cualquier caso, el modo más frecuente de infección en este brote es la transmisión entre parejas sexuales, debido al contacto íntimo. Sanidad cuantifica por este medio el 82,1% de los casos de los que hay información suficiente para determinar la vía.
El virus puede transmitirse a cualquier persona en contacto directo con él. Otros brotes que ha habido a lo largo de pasadas décadas no había llegado a grupos de hombres que tenían sexo con hombres, pero, casualmente, este lo ha hecho, y es ahí donde más está creciendo. Eso no quiere decir que no pueda pasar a otros. De hecho, aunque la Organización Mundial de la Salud cuantifica en un 98% los casos detectados en hombres que tienen sexo con hombres, los datos de España reducen esta cifra al 83,3%.
Las vacunas que se están usando contra la viruela del mono no son específicas de esta enfermedad, sino que están diseñadas para la viruela tradicional. Aunque parece que arrojan una alta efectividad, es necesario estudiarlo mejor. En España se está inoculando la de última generación de la farmacéutica Bavarian Nordic, que requiere dos dosis y hace efecto completo dos semanas después del segundo pinchazo.