WASHINGTON.- El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, reveló en varios mítines, en los que prometió la deportación masiva de inmigrantes irregulares, que tiene pensado invocar para este fin la ley de Enemigos Extranjeros, promulgada en 1798, que se ha usado sólo en tiempo de guerra y permite expulsar foráneos sin el debido proceso legal.
Trump usó el escenario de un mitin en Aurora, Colorado, acompañado de fotos de dos supuestos miembros de la banda de origen venezolano Tren de Aragua, para anunciar que echará mano de una ley que está detrás de uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente de EU: los campos de internamiento de ciudadanos con raíces japonesas durante la II Guerra Mundial.
El presidente Franklin D. Roosevelt la usó para privar de libertad de movimiento a familias enteras de ciudadanos o inmigrantes de origen italiano, alemán y japonés durante la II Guerra Mundial.
En 1988, el Congreso y el presidente republicano Ronald Reagan acordaron reparaciones y emitieron una disculpa por unas detenciones masivas que no requerían orden judicial y mantenidas en secreto a la opinión pública enardecida por el ataque a Pearl Harbor de 1941.
Este fin de semana, Trump aseguró que llamará a su plan de deportación masiva de “criminales” migrantes “Operación Aurora”, en alusión a una ciudad que ha usado en sus proclamas antiinmigrante. El exmandatario ha prometido que si llega al poder detendrá lo que llama una “invasión” de migrantes a través de la frontera sur.
Trump volvió a usar este fin de semana casos de asesinatos y asaltos de pandillas en el que alguno de los imputados son personas indocumentadas para estigmatizar a los migrantes y asegurar falsamente que además de quitar trabajos a los estadounidenses, son más proclives a delinquir, algo que desmienten diversos estudios.
La ley de Enemigos Extranjeros, nacida tras la Guerra de Independencia para luchar contra espionaje y sabotajes británicos, usada por primera vez en la Guerra de 1812, se puede invocar en caso de “guerra declarada”, invasión o “incursión predatoria” en territorio de EU.
El presidente podría activar esa ley unilateralmente, sin pasar por el Congreso, en los dos últimos casos, pero su aplicación en el marco de la política migratoria y para tramitar deportaciones no tiene precedentes en la historia del país, ya que la jurisprudencia la reserva para actos de bandos beligerantes.
Algunos grupos y políticos conservadores “ven la ley de Enemigos Extranjeros como una autoridad supercargada para deportar, pero la lectura que proponen de la ley está en contradicción con siglos de práctica legislativa, presidencial y judicial”, según Katherine Yon Ebright, experta del Brennan Center.
El año pasado un grupo de congresistas del ala más progresista del Partido Demócrata presentó el proyecto de ley “Vecinos no Enemigos”, que tenía como objetivo revocar la ley de Enemigos Extranjeros, la última parte vigente de unos poderes extraordinarios posindependencia que hasta padres fundadores como James Madison o Thomas Jefferson miraban con recelo por considerar algunas partes inconstitucionales.
Fuente: El Sol de México