CANCÚN.- El sargazo que se recolecta de las playas de Quintana Roo es depositado lejos de la vista de los turistas en tiraderos clandestinos, lotes baldíos, caminos, manglares, dunas costeras y en predios junto al mar que no están abiertos al público, según constató el periódico El Sol de México durante un recorrido.
De acuerdo con la Secretaría de Marina Armada de México (Semar), responsable de la estrategia contra el sargazo en el Caribe mexicano, las 130 mil toneladas que ha recolectado en los últimos tres años se depositaron en rellenos sanitarios y puntos de disposición temporal acondicionados por los Ayuntamientos, mientras especialistas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y de la Marina determinan cómo tratarlas.
Pero expertos en el manejo de desechos y ambientalistas alertan que el tratamiento es inadecuado, pues incumple los Lineamientos Técnicos y Gestión para la Atención de la Contingencia Ocasionada por Sargazo en el Caribe Mexicano y el Golfo de México establecidos por la propia Semar y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y que dictan la creación de estaciones de tratamiento final para el alga.
De acuerdo con esta guía, dichas estaciones deben registrar el sargazo que entra, contar con instalaciones para evitar la generación de gases producto de la descomposición y lixiviados, que son líquidos emanados de la materia orgánica. Además deben disponer de geomembranas para evitar que estos escurrimientos se filtren al subsuelo e impacten a cenotes, cavernas, ríos subterráneos y playas.
Wilberth Esquivel Zoneguera, experto en desechos sólidos y exdirector de Siresol, el organismo descentralizado que maneja el relleno sanitario de Cancún, explica que la falta de lugares adecuados para el tratamiento y disposición final de miles de toneladas de alga marina recolectadas en el mar y en las playas está causando un severo daño al equilibrio ecológico de la región y a la sustentabilidad del destino.
Señala que gran parte de las miles de toneladas de sargazo que recalan en la costa se pudre sobre la arena y sólo una porción se recoge y lleva a tiraderos clandestinos, sascaberas, caminos y lotes baldíos, causando un grave daño ambiental.
“Si el sargazo no se maneja adecuadamente su descomposición genera gases de ácido sulfhídrico, gas metano y gases de efecto invernadero que afectan la salud humana, la calidad del aire y la composición bioquímica del sistema costero por los escurrimientos de los lixiviados”.
En Quintana Roo sólo existen tiraderos con geomenbranas en Cancún, Playa del Carmen y Cozumel, aunque no hay reportes de que al relleno sanitario de Cancún -que recibe mil 500 toneladas diarias de basura- lleguen los desechos de sargazo.
“Si no se recibe sargazo en el basurero de Cancún, entonces ¿dónde lo están tirando?”, pregunta Esquivel.
El único relleno sanitario con geomembranas que recibe sargazo, dice, es el de Playa del Carmen, pero el volumen es poco si se compara con la cantidad de alga que recala en Puerto Morelos, Playa del Carmen y Tulum y en la zona sur, donde la situación es más crítica, principalmente en Mahahual, pues no hay ningún sitio adecuado para su disposición final.
Un recorrido por la costa deja ver que gran parte del sargazo no se recoge, miles de toneladas se pudren y secan sobre la playa y en algunos casos sólo se remueven de la duna costera. Si el impacto ambiental continúa pronto cambiará el color de la blanca arena del mar Caribe, el principal atractivo para los turistas.
Wilberth Esquivel resume que el problema es grave, pues van siete años de recale de sargazo y aún no existe un programa de manejo integral para evitar más daño ambiental, lo que traerá un impacto al turismo y la economía del estado.
El hidrólogo Esteban Jesús Amaro Mauricio, director de la Red Monitoreo del Sargazo de Quintana Roo, coincide en que hay zonas de playa donde el alga muere y se pudre durante semanas o meses, incluso lugares donde nunca se recoge, como el sur de Tulum, Biosfera de Sian Ka ́an, Mahahual, Xcalac y Costa Maya.
Este año, dice, ha llegado una mayor cantidad y así ocurre cada tres años, pues en 2015 y 2018 se reportó un alto impacto en las playas de Solidaridad.
Frente a Playa del Carmen y su zona turística, apunta, hay días que el sargazo se queda ahí por falta de capacidad para recolectarlo, sin que la Marina o los hoteleros puedan solucionarlo. “En ocasiones arriban hasta mil toneladas de sargazo en un solo día y las playas colapsan”.
Amaro Mauricio considera que las medidas que se toman son mínimas y “no se da batalla al sargazo” porque hay indiferencias entre los tres niveles de Gobierno.
“Semarnat, Marina, Parque Marino y los 10 municipios costeros de Quintana Roo, no se ponen de acuerdo y carecen de una zona para el destino final del sargazo”.
El Gobierno federal minimiza el problema y deja en manos de la Secretaría de Marina un fenómeno que requiere de un trabajo a gran escala, no paliativo. “Hay zonas donde de plano no se recoge el sargazo. Se mueren especies marinas, peces, tortugas, corales, arrecifes, manglares. Un escenario que nos alerta que en el futuro ya no tendremos nada que vender”.
Además de la crisis ambiental, el sargazo afecta la imagen turística, ahuyenta a los visitantes y provoca que se tengan que bajar las tarifas hoteleras. “Si se muere el ecosistema, se muere el turismo”, advierte el hidrólogo.
Fuente: El Sol de México