TULUM.- Después de sacar de Kiev a su ex esposa y a su hijo, Alberto Refugio Gonzalez, un empresario de Tulum, decidió utilizar una de sus propiedades ubicada en el kilómetro 27 de la carretera Tulum – Valladolid como refugio para ucranianos y rusos que se encuentren varados en México.
“Mi hijo con su mamá pasaron del primer pueblo, después lucharon para tomar un lugar en el tren porque los trenes ya no estaban subiendo gente. Consiguió que los llevaran al pueblo fronterizo y era muy difícil ahí es donde realmente se está viendo la crisis humanitaria”, contó en entrevista para el periódico Milenio.
“Publicamos en un grupo de ucranianos en México la oferta para dar hospedaje porque vimos que mucha gente está varada en Cancún en los Cabos en Vallarta en todas partes turistas que llegaron de vacaciones y exactamente igual que ellos no pudieron salir”, relató.
Los primeros en aceptar fueron Sergey y Anatonaly, quienes llegaron a México el 19 de febrero días antes de que comenzará la guerra.
Al intentar irse no encontraron vuelos, sin embargo, la embajada de Ucrania en México les aseguró que volarían de Ciudad de México a París, Francia en tres días.
Ambos sin dinero suficiente tuvieron que dormir en el aeropuerto de la Ciudad de México hasta el día de su vuelo. El día tan esperado llegó, pero la aerolínea no los dejó abordar sin darles explicaciones.
Sergey llamo a la embajada de Ucrania para pedir una explicación, pero les informaron que no podrían ayudarlos, porque ni ellos mismos sabían como.
Al no conocer más de México decidieron regresar a Cancún (a donde llegaron por primera vez). Ahí una mexicana que conocieron en un hotel les comento del refugio de Alberto y los llevó al lugar.
Anatonaly solo habla ruso, su amigo Sergey es quién le ayuda a traducir, una situación que le complica su estancia. A pesar de la guerra ambos preferirían regresar a Ucrania con su familia.
El lugar cuenta con un pequeño edificio de tres pisos que servía de oficina y un par de baños portátiles; los patos, guajolotes y pollos rondan por todo el lugar.
En el refugio de Alberto los apoyan con comida, agua y una cama. Lavan su ropa en cubetas y están en espera de poder tener wifi y llamar a su familia.
En su maleta tienen todas sus pertenencias, cuatro playeras, dos pares de zapatos, un par de short y un souvenir de las pirámides de Teotihuacán.
Sin dinero, ni trabajo, día a día viven con la esperanza de poder volver a ver a su familia con vida. De acuerdo a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) desde el 24 de febrero 3 millones de Ucranianos han salido de su país como refugiados.
“Es difícil decir los sentimientos porque es difícil de explicar, yo no sé qué decirte, yo estoy en México a salvo pero mi familia está en Ucrania y es muy peligroso”. explicó Sergey de 40 años.
Fuente: Milenio