Signos
Por Salvador Montenegro
¿Cuál es la oferta de Mara Lezama, como candidata a gobernadora, en el orden de la seguridad: para combatir la violencia y los delitos de todo género que distinguen a la entidad caribe entre las más abandonadas a su suerte por las instituciones responsables, y sobre todo para frenar el poder sangriento de las bandas del ‘narco’ y la extorsión, que aterrorizan con cada vez más libertad, consentimiento y amparo gubernamentales a ciudades como Cancún, en primer lugar, donde ha gobernado ella, la hoy candidata del Presidente y del Niño Verde a dirigir el Estado de Quintana Roo?
Sería interesante saber de sus ideas, en particular sobre ese tema, más que nada en el curso de un debate entre ella y sus competidores.
Y que explique, por ejemplo, la diferencia entre un Gobierno, como fue el suyo en el Municipio cancunense -cuya impotencia e inacción contra el narcoterror más se identifica con la tolerancia y con la complacencia-, y el narcoGobierno, cuya tolerancia y cuya complacencia con esa industria lo definen.
Porque la seguridad de los ciudadanos es la encomienda esencial de un Estado, a cuyo liderazgo, como en el caso de Quintana Roo, aspira ella, y su expediente como representante popular y como gobernante -y nada menos que del Municipio turístico más importante del país- la evidencian más del lado de los promotores de los narcoGobiernos que de quienes luchan por desterrarlos y desaparecerlos.
Y así como ella ofrece a toda voz acabar con los Gobiernos corruptos, sería todo un espectáculo saberla oponiéndose del mismo elocuente modo a los Gobiernos que, por acción o por omisión, y a pesar de contar con todas las fuerzas armadas y todos los poderes jurisdiccionales del Estado, dejan que las bandas criminales impongan sus leyes y sus negocios brutales delante de las narices mismas de la autoridad de ese Estado.
SM