El minotauro
Nicolás Durán de la Sierra
La XVII Legislatura estatal, la que entrará en funciones el próximo septiembre, tendrá entre sus varios retos el recuperar la imagen de honorabilidad del propio Poder Legislativo, imagen desgastada por completo a golpes de ineficiencia y corrupción por la diputación saliente.
Esa debe ser su primera meta si se busca que la Cámara de Diputados sea la representante de la voz popular.
No será este un reto menor, pues el daño al prestigio de la cámara fue severo
Pesan sobre sus pasados líderes no una sino varias acusaciones de desvío de recursos y de otros trafiques a los que deben agregarse, además, al retraso doloso en la aprobación o modificación de leyes como la despenalización del aborto, conflicto que derivó en la toma del propio recinto legislativo.
Las bufonadas menudearon en estos últimos seis años, y en ese festival de la simpleza y la rapiña participaron diputados de todos los partidos y algunos de ellos hasta osaron intentar reelegirse para esta nueva Legislatura, lo que hubiera ocurrido de no ser por la abierta oposición de la comunidad, desde empresarios hasta asociaciones civiles, como de seguro se recordará.
La labor, como se dijo, no será fácil, pero la diputación por venir tiene, entre sus activos, a políticos avezados como Mildred Ávila, exdiputada federal; Yohanet Torres, la exsecretaria de finanzas y la exsenadora Marybel Villegas, la posible coordinadora de la nueva Legislatura y la que reciba, quizá, el informe final del gobernador Carlos Joaquín González. Ironías del destino.
Con una mayoría simple y calificada de Morena y de sus aliados -el Verde, el Partido del Trabajo, y Fuerza por México, con Julián Ricalde, el exalcalde de Cancún- es de esperarse que esta diputación esté a la altura de lo que requiere el Estado respecto de sus leyes y normas, que el llamado “carro completo” legislativo trae consigo responsabilidades… y el ojo ciudadano está atento.