Como parte de las acciones emprendidas por la Federación y los Estados para regresar a la ‘normalidad’ en el país, luego de varios meses de emergencia sanitaria a causa del Covid-19, se han implementado semáforos epidemiológicos que les permiten planear el reinicio de actividades con base en el número de contagios en las zonas. En el caso de Quintana Roo, el territorio se dividió en dos, el norte y el sur, los cuales permanecerán, al menos hasta el 21 de junio, en rojo y naranja, respectivamente. Y es que mientras Municipios como Benito Juárez, Solidaridad y Cozumel siguen siendo los más afectados en cuanto a contagios y muertes, también han registrado un descenso en el número de casos, al grado de que, por ejemplo, el primero pasó de ser el cuarto Municipio del país con más enfermos a ser el 18, todo lo contrario a lo que se vive en Othón P. Blanco, donde los casos positivos se han incrementado en las últimas dos semanas. Con este panorama, las autoridades han decidido que los Municipios del norte, que son los que más aportan a las arcas del Estado, regresen poco a poco a las actividades cotidianas, a fin de atraer al turismo, principalmente el nacional. Las restricciones son varias hasta el momento, pero algunos hoteles están haciendo caso omiso a la advertencia de que nadie puede entrar a las playas de Cancún hasta que el semáforo esté en amarillo, lo que podría provocar otro incremento en los contagios en las siguientes semanas si no se toman las medidas correspondientes.
Javier Ramírez
Mientras los Gobiernos impulsan la apertura gradual de negocios y servicios para frenar la debacle económica, priorizando las medidas de prevención como el distanciamiento social, algunos empresarios hoteleros estarían actuando de manera irresponsable, pues con el fin de atraer clientes permiten a los turistas ingresar a las playas, pese a que esto sigue prohibido por las autoridades.
De generalizarse esta actividad y no tomarse las debidas precauciones, Cancún estaría en riesgo de sufrir un rebrote de la enfermedad que podría echar al traste todo el trabajo realizado hasta ahora para proteger a la población, aunque tales rebrotes cada vez son menores y menos graves aun en regiones donde los Gobiernos han sido bastante poco responsables frente a la pandemia, como en Ecuador, lo que hace suponer, en buena medida, que en dichas zonas el virus está cediendo en peligrosidad.
Despidos masivos en hoteles
Pocos días antes de terminar el mes de marzo -cuando el número de contagios era de apenas 367-, el sector turístico de Quintana Roo se desplomó. Con el retiro de turistas y la contingencia sanitaria que obligó a cerrar hoteles, bares, restaurantes y centros comerciales, entre otros negocios, la ocupación que en ese entonces estaba arriba del 80 bajó hasta el 36 por ciento.
Para tratar de disminuir las pérdidas, los hoteleros iniciaron con los despidos de su personal, la reducción de salarios y las vacaciones sin goce de sueldo.
En el caso del Grupo Xcaret, que cerró sus ocho parques temáticos en Cancún y la Riviera Maya, más de nueve mil trabajadores fueron forzados a tomar los llamados ‘días solidarios’.
Cuando la cadena de hoteles The Fives Beach Hotel & Residences ordenó la liquidación de los empleados de su complejo localizado en Playa del Carmen, los afectados tuvieron que pedir el apoyo de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) para que los liquidaran conforme a la ley. Pero otros no fueron tan afortunados y simplemente recibieron un ‘gracias’.
Pese a estas desleales prácticas, los hoteleros exigieron ayuda a los tres órdenes de Gobierno, proponiendo, entre otras cosas, prórrogas en el pago de los impuestos.
Operaciones al 30 por ciento
Luego de tres meses de inactividad, las autoridades determinaron que, si se toman las debidas precauciones, algunos negocios podrían comenzar a operar, al menos al 30 por ciento.
Basados en el ‘semáforo epidemiológico’, los Gobiernos estatal y municipales autorizaron entonces que desde el 8 de junio decenas de hoteles, restaurantes y tiendas de Cancún, Playa del Carmen, Puerto Morelos, Tulum, Isla Mujeres y Cozumel, podrían reabrir sus puertas, pero sólo si garantizaban los protocolos de higiene tanto en sus empleados como en sus clientes.
El anuncio fue celebrado, literalmente, por los hoteleros, quienes recibieron a sus primeros huéspedes con mariachis, cocteles y fuegos artificiales.
La presidenta municipal de Benito Juárez, Mara Lezama Espinosa, promocionó en sus redes sociales la noticia subiendo un video del momento en el que trabajadores del Hotel Moon Palace daban la bienvenida a los turistas.
En total fueron 41 hoteles de Cancún, Isla Mujeres y Puerto Morelos, los que comenzaron a operar con turistas tanto nacionales como internacionales, al 30 por ciento de su capacidad.
De acuerdo con la Asociación de Hoteles de la Zona Centro del Estado, esto representa siete mil 455 cuartos activados, es decir, 15 por ciento del total de la oferta, pues 170 hoteles, con sus 44 mil habitaciones, continuaban cerrados.
Playas, solo para clientes
El director del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo, Darío Flota Ocampo, informó que la reapertura sería gradual y dependería de las reservaciones que cada hotel tuviese, por lo que desde hace días inició una campaña de promoción para atraer, primero, al turista nacional.
De esta manera, mientras unos abrieron desde el 8 de junio, otros más lo harán en las siguientes semanas, como el Desire Rivera Maya Pearl Resort para el 1 de julio y el Hotel Hacienda Tres Ríos el próximo mes.
El empresario espera que para finales de año la ocupación pueda alcanzar el 80 por ciento.
Sin embargo, la violación de una de las principales restricciones hechas por las autoridades no se ha hecho esperar.
Y es que si bien el Gobierno del Estado instruyó que la apertura de las playas al turismo sea únicamente cuando el semáforo esté en amarillo, en la Zona Hotelera de Cancún ya se puede ver a varios turistas disfrutando de las mismas.
En un recorrido por las playas de Cancún, se pudo observar que varios hoteles están permitiendo el uso tanto de sus albercas como de sus playas, instalando incluso camastros. Mientras el personal utiliza cubrebocas y guarda su distancia, los huéspedes disfrutan del sol y el mar sin restricción alguna.
Las autoridades han recomendado a los hoteles colocar señalizaciones y evitar la saturación de sus áreas recreativas, pero sin nadie que supervise el cumplimiento de las medidas sanitarias, es cuestión de tiempo para que estas comiencen a relajarse.
Si llega a registrarse algún caso de contagio en un turista, todo el esfuerzo realizado por las autoridades para reactivar la principal actividad económica del Estado podría ser en vano y provocar nuevamente el cierre de los negocios, quizá otros meses más.