CIUDAD DE MÉXICO.- La esperanza está en el aire luego de los terribles sismos que azotaron Turquía y Siria, pues los binomios caninos mexicanos ya están en el primer país para ayudar a localizar personas sepultadas bajo los escombros pues los rescatistas nacionales de la Cruz Roja, la Marina y la Sedena saben que las horas son clave para hallar con vida a sobrevivientes, por lo que no hay tiempo que perder y están listos para iniciar tareas de inmediato, luego de un viaje de 16 horas y dos escalas.
Balam, Rex, Orly y July ya están listos para iniciar sus tareas y justo con sus manejadores se disponen a salvar vidas en aquel país de Europa suroriental, donde la tragedia ha cobrado la vida de más de 11 mil personas y se estima que la cifra podría llegar a 20 mil si en las próximas horas no son localizados más sobrevivientes.
La historia de cada uno de estos canes es conmovedora, pero la de Balam es digna de reconocerse, pues se debatió entre la vida y la muerte luego de haber sido envenenado por un vecino quien le arrojó salchichas contaminadas con alcaloides en la calle que transitaba todos los días junto a su padre Athos y Tango. Ellos no lograron sobrevivir pero Balam se aferró a la vida y ahora tiene como tarea salvar otras.
Su manejador, Édgar Martínez, lleva años entrenando a estos ejemplares mezcla de Border Collie con Pastor Australiano, quienes están capacitados en labores de rescate de personas desaparecidas. Fue Benjamín “N”, de 60 años de edad, el hombre quien envenenó a los perros rescatistas y fue condenado a 10 años de prisión por crueldad animal, una condena histórica tras el acto atroz que cometió el 13 de junio del año 2021.
Athos, el padre de Balam, ayudó a localizar a siete personas que habían quedado sepultadas bajo los escombros en el sismo del 19 de septiembre del 2017 en la Ciudad de México, por lo que el juicio contra el hombre que causó su muerte fue llevado hasta las últimas consecuencias, pues ya había amenazado al rescatista con dañar a los perros pues no quería que transitaran por la calle que tenían común como vecinos.
Fuente: El Heraldo de México