MIAMI.- Un jurado federal condenó el pasado 18 de octubre al cubano Javier Hernández, uno de los miembros de una banda criminal que comenzó a operar en México en 2009 y que extorsionó y torturó a migrantes de la isla durante su travesía a Estados Unidos, entre otros delitos.
Un comunicado del Departamento de Justicia de los Estados Unidos precisa que tras el juicio, que duró aproximadamente un mes, se pudo conocer el modus operandi de la organización transnacional conocida como “La Mafia Cubana de Quintana Roo”, cuyas operaciones incluían a Cuba, México, España y el sur de Florida.
Hernández, de 50 años, fue condenado por “conspiración para cometer contrabando de extranjeros, conspiración para transportar embarcaciones robadas, conspiración para traficar vehículos de motor, tráfico y conspiración para lavar dinero, tráfico de bienes robados y soborno a funcionarios públicos. El acusado será sentenciado el próximo 5 de enero.
La red criminal secuestraba en México a los cubanos y amenazaba a sus familiares en Estados Unidos, a quienes les exigían 10 mil dólares por su libertad. Los traficantes les advertían que si no pagaban “matarían de hambre a los rehenes”.
Documentos públicos revelaron que quienes pagaron fueron llevados a la frontera de Estados Unidos y quienes no “recibieron descargas” y los amenazaron poniendo pistolas en la cabeza, entre otros métodos de tortura.
Las pruebas presentadas en el juicio demostraron que Hernández transportó un vehículo a México para sobornar a un funcionario extranjero y que la organización pudiera continuar realizando el tráfico de migrantes sin interferencia de las autoridades.
Durante el operativo, encabezado por las autoridades policiales de Estados Unidos y México, también fueron arrestados José Miguel González Vidal, de 36 años; Reynaldo Abreu García, de 56; Yohismy Pérez González, de 40; Yosvani Carbonel Lemus, de 43; Reynaldo Crespo Márquez, de 44, y Jancer Sergio Ramos Valdés, de 37, todos cubanos residentes en México. También arrestaron a Maikel Antonio Hechavarría Reyes y Mónica Susana Castillo, ambos ciudadanos mexicanos.
Pero las operaciones de “La Mafia Cubana de Quintana Roo” no solo incluía la extorsión y el tráfico de migrantes. También lucraba con esquemas de fraude y tráfico de drogas.
Según los registros, mientras los acusados estaban a la espera de juicio, continuaron operando la organización, violando órdenes judiciales y distribuyendo contrabando en la cárcel. Como parte del negocio, pagaron sobornos a un empleado federal para que introdujera sustancias controladas para su distribución en el Centro Federal de Detención (FDC), en Miami.
Fuente: Martí Noticias