La última palabra
Por Jorge A. Martínez Lugo
- Las derechas no hacían lucha callejera desde el movimiento cristero de 1926 y cuando se conformó el PAN en el cardenismo.
Estamos viviendo en México un fenómeno novedoso; desde que ganó Andrés Manuel López Obrador la presidencia en 2018 y le puso nombre a los proyectos de nación: 1) neoliberal o conservador, impuesto en México desde el Consenso de Washington de 1989 y 2) el progresista o humanismo mexicano; uno de derecha y el otro de izquierda, hablando de manera muy esquemática.
En su discurso de toma de posesión, AMLO habló por primera vez de neoliberalismo en México, término que no se mencionaba. También volvió a hablar de ideologías, que supuestamente habían tenido su fin con la caída del muro de Berlín, el desmantelamiento de la Unión Soviética y el fin de la guerra fría.
La derecha en el poder con PRIAN, no tenía necesidad de marchar en las calles; la izquierda es la que lo venía haciendo antes y después de 1968. En México las marchas desaparecieron a partir de la primera gran ruptura del PRI en 1988, precisamente ante la adopción en México de las medidas económicas privatizadoras del mencionado Consenso de Washington y la imposición de las leyes del mercado.
PUNTO DE QUIEBRE
A partir de 2018, después de la parálisis por el shock ante el arrasador triunfo del lopezobradorismo, las derechas han visto la necesidad de emprender la lucha callejera, a la que tenían asco y que solo era conducta de comunistas y “nacos”.
Las marchas de las derechas que impulsa Claudio X. González en México, son un movimiento en formación que no se había visto en varias décadas porque las derechas no marchan tradicionalmente.
Han sido repelentes a la política callejera; las han calificado como expresiones de personas “revoltosas”. Por eso resulta interesante ver a las derechas tomar las calles y mostrar la indignación que les invade, al ver en el poder otro proyecto de nación, que desmantela el sistema que les daba confort.
¿CUÁNTOS Y QUIÉNES MARCHAN POR PRIMERA VEZ?
Entre las personas de derecha que protestan en las calles, muchas de ellas lo están haciendo por primera vez; nunca en su mente habían pensado en participar en marchas callejeras, a menos que fueran marchas light por el cambio climático, el aborto o algún otro tema que mereciera un pic-nic en las calles.
Las marchas actuales de las derechas ya tienen bandera política e ideológica: esto es un cambio. Las ideologías que supuestamente habían llegado a su fin en 1989, gozan de cabal salud y ahora tenemos en México dos proyectos de nación.
Las últimas marchas de la derecha en México se remontan hasta el movimiento cristero de 1926 y después también lo hicieron en el periodo de Lázaro Cárdenas, cuando se conformó el PAN, aunque no nació como un movimiento de calle, sino doctrinario y de auditorios básicamente, aunque sí se dieron algunas marchas.
Sin embargo, las marchas actuales de las derechas, aunque tienen un carácter ideológico, son expresiones políticas cuyas consignas no abanderan un proyecto de nación; están dirigidas contra una persona en la que descargan su inconformidad, porque “está destruyendo al país”.
¿VERGÜENZA NEOLIBERAL?
Los “ideólogos” de estas marchas se limitan a “defender” al INE y al Poder Judicial, pero hasta el momento no han definido su proyecto de nación; parece que les da vergüenza reconocer en público su proyecto neoliberal.
Las derechas en México aún no se atreven a sostener que “la justicia social es una aberración”. Caso contrario al presidente Milei de Argentina, que grita a los cuatro vientos que quiere desaparecer al Estado.
¿QUÉ TAN PROFUNDO SERÁ EL CAMBIO EN MÉXICO?
Es tema sobre el que correrá mucha tinta, sobre todo ahora que se han subido al tren de la transformación, políticos impresentables del viejo régimen, representantes de la corrupción, ante el predominio pragmático que invade al morenismo en búsqueda del plan C.
Sin embargo, ya podemos hablar de un antes y un después; 2018 sí representó un cambio, no como en el año 2000, cuando el panismo traicionó el clamor popular que sacó al PRI de la presidencia, pero solo para convertirse en PRIAN. ¿El morenismo, se convertirá en Primor? Usted tiene la última palabra.