La última palabra
Por Jorge A. Martínez Lugo
- El presidente López Obrador le otorgó la amnistía, fue rechazada por el juez y está en proceso de impugnación.
- La misma Fiscalía elaboró un dictamen médico que acredita legalmente que por su estado de salud no puede permanecer en un penal a riesgo de su vida.
- Ya compurgó más del porcentaje legal que le permitiría salir libre.
- La única alternativa es que el presidente le otorgue el indulto.
La Fiscalía General de la República solicitó al Poder Judicial el reingreso a la cárcel del exgobernador Mario Villanueva Madrid, una vez concluida la emergencia sanitaria, sin considerar: uno, su estado de salud precario acreditado por la misma Fiscalía; dos tiempo de compurgación de su sentencia que rebasa el porcentaje para estar en libertad; y tres la amnistía otorgada por el presidente de la República que fue rechazada por el Juez y que está en proceso de impugnación.
El caso del exgobernador de Quintana Roo se ha convertido en un ejemplo del actuar por consigna, en una aplicación ortodoxa de la ley aunque no signifique justicia; son brazos invisibles que funcionan aún después de dos décadas que Ernesto Zedillo dejó la Presidencia, pero cuyo poder sigue actuando a través de instituciones que funcionan bajo sus propios códigos internos.
Parece que hay saña en contra de alguien que se rebeló contra las reglas del sistema; aún siendo culpable, Mario Villanueva Madrid fue sentenciado y ya cumplió más del porcentaje que establece la ley para estar en libertad.
Su edad de 75 años y su estado de salud precaria, en materia pulmonar y cardiovascular (asma juvenil agravada por las duras condiciones de años de confinamiento), le impide permanecer dentro de un penal a riesgo de su vida, condición acreditada legalmente por el área médica de la propia Fiscalía. En estos días aún está convaleciente de una reciente intervención quirúrgica de emergencia. Durante su arraigo domiciliario de los últimos cuatro años, ha sido trasladado de emergencia al hospital, al menos en cinco ocasiones.
Quizá le ha afectado que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha expresado su opinión de que debe ser libertado o remitido a su domicilio para terminar su sentencia, lo cual puede explicar que el Poder Judicial rechazó la amnistía otorgada por el Ejecutivo, la cual esta en proceso de impugnación. Esto considerando que todo lo que le llega al Poder Judicial del Ejecutivo es rechazado por consigna política.
De cumplir la totalidad de su sentencia el exgobernador de Quintana Roo saldría de prisión a los 92 años de edad, lo cual es inhumano, considerando su estado de salud.
El único camino que queda –en caso de no proceder su libertad por cumplimiento de porcentaje legal de sentencia, por situación de salud o por la aceptación final de la amnistía–, es que el presidente López Obrador le otorgue el Indulto, que es lo que al parecer prefiere el Poder Judicial para tener otro elemento contra un presidente que ha exhibido de manera insistente lo “podrido” que está el Poder Judicial y que es condición para consolidar la transformación del país.
Incluso, el caso Mario Villanueva debe resolverse ya, hasta por razones humanitarias, lo cual es muy difícil de hacerle entender a sus detractores, que también los tiene, a quienes se suman ahora los que están en contra de López Obrador. La justicia está muy politizada o la política está muy judicializada. Usted tiene la última palabra.