Signos
Contra Trump, Andrés Manuel está quedando, en efecto, como un ‘fresa’. ¿Es la mejor postura en la ruta de colisión frente a la fuerza bruta del imperio? Quizá sí. Hacia adentro y hacia afuera se requiere congruencia. Fuerza, legalidad y tolerancia son las claves de la congruencia y la legitimidad, a diferencia de los viejos tiempos del doble discurso juarista y soberanista ejemplar, y la subordinación real y pretendidamente soterrada a las imposiciones colonialistas de los tiempos del priismo y el panismo presidenciales, y de los días obradoristas del mismo discurso recalcitrante pero sin acuerdos de valor que algo valieran contra el interés mutuo de la inseguridad, por ejemplo. Hoy día, al parecer, se avanza en proyectos conjuntos de cooperación bilateral en esa materia estratégica de la seguridad. Y habrá que ver si se baja la intemperancia trumpista que quiere la intervención armada sobre una cláusula clasificatoria del ‘narco’ como terrorismo contra su país, y si no hay que aplicar el extremismo proteccionista arancelario mexicano contra la embestida del unilateralismo anunciado por el magnate de presunción aria y elegido para ocupar la Casa Blanca. Pero lo que no se debía hacer y no se está haciendo es discursar sobre igualitarismos confrontacionistas ni tampoco hacer ver debilidades de actitud y de carácter. Andrés Manuel fue muy intransigente en aspectos esenciales como el trato convergente en materia antinarco y muy frágil en el combate a la violencia y la inseguridad internas y la mar de tolerante con los narcoGobiernos y la narcopolítica y las complicidades de muchos liderazgos de su alianza partidista con el crimen organizado. Congruencia presidencial en todos los frentes, pues, es lo que debe distinguir a Claudia para poder pavimentar ese segundo piso de la transformación nacional de la que habla. Y congruencia supone aplicar la ‘ley enjambre’ en todas las entidades del país, empezando por los malandros en el poder político del verdemorenismo, que tan sabidos son y tan más que bien identificados están, sin consideraciones ni excepciones ni pretextos.
SM