(Perú, 13 de agosto) En Perú, cuatro de cada 10 hogares no tienen una televisión. Y el problema se acentúa en las regiones más pobres, como Chachapoyas, donde el 80 por ciento de las familias carecen de este artículo electrónico.
Hasta ahora las teles eran consideradas un lujo innecesario para esas familias. Pero con la contingencia sanitaria por el Covid19 y la aplicación del modelo de enseñanza a distancia, este aparato se volvió imprescindible para que más de 170 mil niños continúen sus estudios.
El profesor rural Lino Rojas conoce muy bien esta situación: 38 de sus 47 alumnos no pudieron ponerse al corriente por la falta de televisión. Por eso, decidió iniciar una campaña para recolectar en las ciudades cercanas televisores, para donarlos a los estudiantes de bajos recursos de las comunidades en la región Amazonas.
Y tuvo éxito. No eran pantallas planas ni smart tv, pero sí eran artículos que funcionaban a pesar de que algunos tenían más de 30 años de antigüedad.
En total fueron más de 18 televisiones las que logró juntar. Las subió a su vieja camioneta y las fue repartiendo entre sus alumnos para que continúen con el programa “Aprendo en Casa”.
Una vez que su acción se volvió viral, le donaron otras 138 televisiones, y más manos se sumaron para ayudar a entregarlas.
Mientras tanto, el presidente de Perú, Martínz vizcarra, aún no ha rendido cuentas sobre el millón de tabletas que prometió para que los niños accedan a clases de forma remota debido a la pandemia.