Signos
Por supuesto que en Estados como Quintana Roo la oposición tendría evidencias informativas y recursos políticos de sobra para denunciar y combatir con éxito al oficialismo, empezando con el argumento cierto e infalible de que los obradoristas en el poder en realidad son simuladores verdes pintados de guindas morenistas, y de que mentir, robar y traicionar es su naturaleza y su destino, como han hecho con la reforma estatal del Poder Judicial que contradice los principios de la federal y del proyecto reformista presidencial contra el nepotismo, la reelección y la permanencia excesiva de los responsables en los cargos públicos, como ocurre con el Fiscal y el Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado caribe, personeros de los mandamases verdes. Sobra tela para cortar desde la oposición. Y si la oposición no la usa en favor de campañas políticas de debate, información y propaganda será porque no hay, en efecto, oposición y fuerza representativa de naturaleza y destino mejor que los de los simuladores verdes que controlan, vestidos de guindas y morenistas, el Estado de Quintana Roo. Porque ese es el gran dilema del partido presidencial y de su causa moralizadora: habrán de desmoronarse como un vasto castillo de arena, si el oportunismo y la simulación lo siguen carcomiendo y sus beneficiarios se siguen sirviendo de la popularidad obradorista para seguir mintiendo, robando y traicionando en su nombre y sobre los escombros de su legado.
SM