Claudia contra el Caballo de Troya de Morena

Signos

Crece la tendencia a la implosión en el Movimiento de Regeneración Nacional. (Y, de hecho, sus reservas por la regeneración moral están al borde del naufragio.) No se impone con firmeza (aún) el liderazgo claudista que pueda depurarlo y alinearlo a los principios éticos, ideológicos y programáticos fundacionales. Prospera, más bien, el activismo de oportunistas y picapedreros para socavar ese liderazgo presidencial dentro de la estructura y el movimiento partidistas y sus distintos frentes de posicionamiento, donde se mueven a sus anchas sus figuras más protagónicas y acaso menos ejemplares. Ganan en su propósito de desplazar dicho liderazgo hacia una esquina más de ornato que de influencia en la arena de las contiendas internas del poder; avanzadas sectarias de un Caballo de Troya cuyo origen, intenciones, relaciones, financiamientos y estrategias de movilización son tan obscenos (y empeorados bajo el ropaje guinda de la beatificación y la resurrección) como los más representativos de la peor catadura del totalitarismo priista, a cuya cultura, en lo moral y en lo idiosincrático, siguen perteneciendo, y a la que, asimismo, pretenden, en realidad, hacer renacer en el Movimiento de Regeneración Nacional. ‘Alianzas estratégicas’, llamó Andrés Manuel a las asociaciones obradoristas con la canalla simuladora necesaria, como la de los verdes y la de amplios núcleos de arribistas procedentes de la diversidad opositora desintegrada y derrotada por su propia decadencia y su agotamiento ético y de oferta política, cuya numerosidad requería su llamada ‘cuarta transformación’ para ganar elecciones locales, guerras de propaganda y de poder territorial, reformas constitucionales históricas (algunas de las cuales son burladas por los cacicazgos locales del mismo verdemorenismo), y el más absoluto y legítimo de los controles del Estado nacional desde una democracia cifrada en el sufragio del fanatismo popular. Pero Claudia no tiene esa naturaleza y esa escuela doblemoralista, simuladora y demagoga del morenismo de raíces tricolores y banderas socialistas propias de la Revolución institucionalizada. Y es una incógnita si sabrá imponerse a los negocios caciquiles de los Haces, los Monreales, los Ebrards y todos esos que habrían de implosionar la causa moralizadora de la Regeneración Nacional, empezando por los narcoGobernadores. Su opción es la de contenerlos desde el uso de los aparatos de seguridad del Estado porque, como Haces, todos tienen largas colas que les pisen. E intentar un saneamiento político e ideológico mediante la suplencia de liderazgos y el control de daños en esas llamadas ‘alianzas estratégicas’. Suplir y poner en su lugar a los truhanes impostados del morenismo y prescindir sin graves daños de las parvadas del Niño Verde, será la gran cruzada por ver del claudismo, como fase superior del obradorismo.

SM

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