
La última palabra
• Como periodistas estamos con el periodista; nuestra solidaridad con Jorge González Valdez, exdirector de Tribuna de Campeche, hoy violentado en sus derechos y libertades, por un gobierno dizque 4T.
Por Jorge A. Martínez Lugo
No es la primera vez que Layda Sansores Sanromán socava el legado de la 4T y traiciona el trabajo que con tanto cuidado lleva a cabo la presidenta Claudia Sheinbaum para no perder el rumbo de la 4T, en medio de aguas procelosas de una oposición iracunda, sin proyecto, adicta a las fakenews y un entorno internacional altamente riesgoso con el vecino enfermo del norte, al frente de la potencia estadunidense, tan decadente como peligrosa.
Tan errática como irresponsable, para la gobernadora de Campeche no fue suficiente subir basura política a la 4T, al poner al frente de la Secretaría de Economía al recluso domiciliario el junior Jorge Lavalle Maury, a quien dio posesión portando el grillete de la corrupción en el tobillo; ahora encarcela al periodista Jorge González Valdez, abusando del poder de la estructura jurídica en sus manos, al condenarlo por “incitación al odio” una acusación tipo Donald Trump en contra de nuestros connacionales allá en Estados Unidos en su loca persecución anti inmigrante.
LA GUERRA TRIBUNA-LAYDA
A Layda Sansores no le importa echar por la borda los principios y valores que la llevaron al poder, con tal de encarcelar a un periodista del grupo empresarial enemigo de su gobierno, encarnado en Tribuna, propiedad de la familia Arceo, al negarse a pactar insaciables convenios de publicidad para estar a su servicio mediático, como lo estuvo con casi todos los gobernadores. El grupo Arceo a su vez ha sido tan voraz, que ante sus cada vez más altas pretensiones económicas ha enfrentado verdaderas guerras mediáticas y financieras con los gobiernos de Jorge Salomón Azar García y luego con el propio Alejandro Alito Moreno al final de su gobierno y ahora contra Layda Sansores Sanromán.
Jorge es ave de tempestades, sus malquerientes le sobrellaman “la Piraña” en tono entre crítico y respetuoso; excelente periodista de la vieja guardia, abogado de profesión, exigente en el oficio como podemos testimoniar quienes algunas veces trabajamos aprendiendo con él; lobo solitario que vivía más en la redacción que en su hogar del periódico campechano más influyente por más de casi cinco décadas y que él dirigió por casi 40 años.
En tal condición ha sido general de Tribuna en esas guerras de poder y en ésta contra Layda Sansores, quien en el actual contexto, arremete contra el periodista-mensajero ya retirado y con más de 70 años de edad, sobre reaccionando desde el poder de gobernadora ante un episodio menor en el que se vio envuelto Jorge González Valdez, quien fiel a su carácter personal y de periodista, asumió la defensa de unos ciudadanos en la calle, haciéndose de palabras con unos policías en plena vía pública, por lo que fue sometido con alto nivel de violencia física por instrucciones directas o falta de impedimento desde el cuarto piso del palacio de gobierno. La misma violencia ordenada desde el ejecutivo al palacio de “justicia” para que fuera vinculado a proceso por “incitación al odio”. ¿El odio de quién?
En todo caso, si tanto odio tiene Layda contra todo lo que huela a Tribuna, pues entonces porque no actúa contra los Arceo y en cambio sí, asesina al mensajero, en este caso nuestro colega Jorge González Valdez: prefiere Layda reventar el hilo de la venganza por lo más delgado.
TRIBUNA Y SANSORES PÉREZ
Lo curioso del caso es que la familia Arceo, siempre ha hecho negocios al amparo del poder y en ello radica su inmensa fortuna. Tribuna fue fundado el 11 de junio de 1975 por su propio padre, Carlos Sansores Pérez, quien gobernó de 1967 a 1973 y de ahí fue presidente del CEN del PRI, presidente de las cámaras de senadores y diputados… con tanto poder, que sólo le faltó ser presidente de la república.
Fue uno de los últimos caciques políticos regionales, que coexistió y se montó con el partido de las “instituciones”, acumuló tanto poder que ya ni el propio sistema lo toleró. El gobernador Rafael Rodríguez Barrera (1973-1979) estaba más sometido a Sansores que al presidente Luis Echeverría quien ya no controlaba a su criatura.
Hasta que José López Portillo decidió acabarlo políticamente, usando como brazo ejecutor al gobernador Eugenio Echeverría Castellot (1979-1985), un campechano constructor que amasó fortuna en la corrupción de la construcción de escuelas públicas en diversos estados principalmente Estado de México- a través del llamado CAPFCE hoy INIFED-, y quien ya septuagenario aceptó la encomienda presidencial de cavador de la tumba sansorista, porque “no tenía futuro político ni nada que perder”.
Un infarto cerebral derrumbó a Sansores en cama durante los últimos años de su vida; su capital político y económico fue objeto de la rapacería de socios y prestanombres, siendo una de las familias beneficiarias la de los Arceo, que se quedó con el periódico más influyente de Campeche y vendió al sansorismo en sus editoriales. Ese periódico que fundó su padre y que lo rapiñaron los Arceo, es ahora enemigo político de su hija Layda.
Entonces, los Arceo recibieron gratis un periódico que usaron, primero como socios-aliados con los gobiernos en turno, luego como chantaje, hasta que fue tanta la ambición que emprendió guerra mediática contra tres gobernadores que no se sometieron: Jorge Salomón Azar, Alejandro Alito Moreno y ahora contra la hija, Layda, de quien les “regaló” Tribuna y con el que la intentaron chantajear. Solo que ya no les alcanzó a los Arceo.
TRIBUNA DESAPARECE
Al agotarse el modelo de negocio de la “ubre” pública, el 18 de enero de 2024 Tribuna publicó su última edición impresa y mantiene una raquítica versión digital; Jorge González Valdez pasó al retiro, en esa condición fue vejado físicamente el 5 de abril pasado hasta hacerlo sangrar y ahora este 12 de junio fue vinculado a proceso y se le prohibió ejercer el periodismo, por la jueza de control Guadalupe Martínez Taboada, igual que al representante legal de la empresa editora de Tribuna digital, Isidro Yerbes. Una jueza tomando decisiones aún en contra de la Constitución federal y la estatal. Es el viejo sistema judicial, esta vez al servicio de un poder estatal dizque 4T.
Finalmente, como periodistas estamos con el periodista. Hoy Layda asesina a los derechos humanos y a la libertad de expresión, “daño colateral” en un pleito entre familias herederas de la corrupción del viejo régimen que, como el dinosaurio de Monterroso, sigue estando ahí. Usted tiene la última palabra.