Rejas en hospital del IMSS de Chetumal, por inseguridad, dice el director

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CHETUMAL.- La colocación de una reja metálica en la entrada del Hospital General de Zona y Medicina Familiar No. 1 del IMSS en Chetumal abrió un nuevo frente de críticas contra la institución durante la semana, en una ciudad donde la inseguridad se ha convertido en parte del paisaje cotidiano.

La medida, justificada por el delegado estatal Javier Michael Naranjo García como una acción preventiva para impedir el ingreso de personas ajenas que generan problemas de seguridad, es vista por derechohabientes como una restricción encubierta al acceso de usuarios y familiares.

En redes sociales, la indignación fue grande. Los críticos señalan que, más que brindar seguridad, la reja simboliza el aislamiento de una institución que debería ser abierta y accesible para quienes requieren atención médica. Aunque el delegado insiste en que “las rejas van a estar abiertas” y que se colocarán bancas, mesas y sombra para los acompañantes, la narrativa oficial choca con la percepción ciudadana de que la medida busca controlar y limitar la permanencia de los visitantes bajo una lógica de exclusión más que de protección.

La decisión se sustenta, según el IMSS, en antecedentes de ingresos de personas en estado inconveniente o en situación de calle que utilizaban el área como punto de reunión o para pernoctar, generando disturbios y riesgos para pacientes.

Sin embargo, esta justificación es pobre para ocultar la incapacidad de la autoridad en la atención del fenómeno de inseguridad y de personas sin hogar fuera de los muros del hospital, trasladando la solución al terreno del control físico en vez de la atención integral a las causas.

Aunque la instalación de las rejas forma parte de un proyecto mayor de rehabilitación —con una inversión de 30 millones de pesos que incluye áreas de terapia, remodelaciones y mejoras de infraestructura—, en Chetumal la medida es interpretada como un síntoma de un contexto más amplio, el repliegue de las instituciones frente a un espacio público cada vez más inseguro. En una capital que enfrenta carencias de seguridad y servicios, el hospital que debería representar atención y cercanía ahora envía un mensaje contradictorio.

Fuente: Cambio22

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