
Signos
Pero más que Corina, el Nobel de la Paz se lo merecía su bastón político y excandidato presidencial venezolano, Edmundo González Urrutia. Además de luchar contra Maduro tiene una trayectoria de combatiente por la paz mucho más meritoria, como cuando era diplomático en Centroamérica. Junto a la CIA y los ‘Escuadrones de la muerte’ en El Salvador de los ochenta, por ejemplo, ayudó a masacrar a miles de insurrectos comunistas, entre ellos monjas y sacerdotes que también merecían -de acuerdo con los estándares democráticos occidentales como los que premian a Corina- quemarse en el infierno. Y acaso también el brasileño Jair Bolsonaro se mereciera el Nobel más que ella. También se alzó contra una tiranía comunista, la de Lula, e intentó en su contra un golpe de Estado, como el siempre promovido y nunca coronado en su país por la hoy Nobel de la Paz venezolana.
SM