La industria de la construcción es la que más ha resentido los efectos de las medidas de contingencia para contener el avance del coronavirus (COVID-19).
De acuerdo con el presidente del capítulo Quintana Roo de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Diego Cortés Arzola, al menos 400 albañiles ya quedaron sin empleo, tan sólo en la capital del estado.
Explicó que, de manera generalizada, la iniciativa privada ya tomó medidas sanitarias contra el coronavirus y, en el caso de la industria de la construcción, la mayor parte de las obras se detuvieron momentáneamente.
“Los constructores decidieron suspender los proyectos de edificación de casas y, como efecto inmediato, se quedaron sin ingresos los albañiles, en perjuicio de sus familias”, indicó.
Diego Cortés dejó en claro que la afectación será mayor, ya que los daños colaterales impactan a proveedores de materiales para construcción, empresas inmobiliarias, vendedores ambulantes de alimentos, entre otras.
Sin embargo, el presidente local de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción resaltó que ante esta contingencia sanitaria se deben tomar todas las precauciones para contener la propagación masiva.
“Es obvio que habría una repercusión para todas las familias, no sólo para aquellas que dependen de la actividad de la construcción” indicó.
Puntualizó que en Chetumal ya se sienten los efectos con estos 400 empleados que quedaron sin fuente de ingresos y anticipó que conforme transcurran los días ocurrirán situaciones similares en ciudades del norte del Estado.