Se queja Mario Delgado de ataques de la derecha; se olvida del fuego amigo
Jorge A. Martínez Lugo
A menos que suceda algo extraordinario antes del 6 de junio, las campañas electorales entran en su fase final en condición “dopadas”.
Ninguna campaña ha impuesto una identidad diferente.
En este antepenúltimo fin de semana de jornadas, Quintana Roo registró la visita de dos figuras nacionales.
El niño verde-moreno, Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, vino a respaldar la campaña en la zona norte, donde se siente muy a gusto con su mentor, Jorge Emilio, y de paso con las candidatas y candidatos de su partido.
En su apoyo a Mara Lezama en Cancún y a Laura Beristáin en Playa del Carmen, se quejó de ataques sucios de la derecha, pasando por alto que los verdaderos ataques provienen de las tribus internas.
El sur no se digna a visitarlo. Salta a la vista que por un lado camina el candidato a la presidencia municipal en Chetumal, Luis Gamero, y por el otro, la aspirante a la diputación federal, Anahí González.
A esta altura, el mensaje sigue siendo de “guerra fría” entre ambos contendientes morenistas. Ausente la operación cicatriz. Se percibe como soberbia por parte de ambos candidatos y del propio partido que opta porque Gamero y Anahí se maten solos.
La alianza “Va por Quintana Roo” tuvo el refuerzo del gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, para apoyar al aspirante a la presidencia municipal de Benito Juárez (Cancún), Jesús Pool, quien ha hecho una decorosa campaña, pero el desprestigio del peor gobernador no le ha permitido despegar.
Mara con más de 10 puntos de ventaja, a Morena le preocupa Playa del Carmen, donde las preferencias no están tan definidas. Veremos dentro de 20 días, cuando las urnas tengan la última palabra.
100521.