Por Geli Chuc
CDMX, 15 de abril.- Cada vez va cobrando más fuerza un movimiento que pide terminar con la sexualización del futbol femenil, argumentando que a diferencia de los hombres, las mujeres se ven obligadas a cosificarse para ganar fama.
“En el fútbol los patrocinadores consideran a los hombres con base en sus virtudes deportivas; pero en el caso de las mujeres, prácticamente son obligadas a sexualizarse con shorts diminutos o con una cara bonita o bailes sensuales, para ser reconocidas”, se lee en “LePlayers.com”, una organización de la que forman parte hombres y mujeres.
Citan como ejemplo que los hombres más reconocidos en el futbol no son los más guapos ni los que tienen el mejor físico, sino quienes tienen un gran talento. Mientras que Mónica Vallejo, de Santas Club, a pesar de que ha demostrado que habilidad es rival para grandes superestrellas del futbol europeo, no logró alcanzar la fama sino hasta que abrió su cuenta de TikTok para subir bailes sensuales y al cambiar sus shorts que le llegaban hasta la rodilla, por unos mucho más cortos.
“Muchos hombres dicen: es que eso es lo que vende; o que nosotras mismas somos quienes caemos en este juego. Pues sí, pero ésa es principalmente nuestra queja: que nos obligan a sexualizarnos. En una encuesta reciente el 80% de los hombres reconocieron que ven los partidos de fútbol femenil sólo por morbo. Se trata de algo que tiene que cambiar”, dice por su parte la jugadora Larissa Rodríguez, campeona goleadora en una de las Ligas Estadounidense.
Añaden que mientras a un hombre lo elogian por una gran barrida o un gol espectacular, a ellas les tiran piropos por su físico, lo que ha provocado que muchas de ellas caigan en depresión por la frustración de encontrarse con realidad de la liga femenil.
Por este motivo, emprendieron un movimiento en contra de la sexualización del futbol que va cobrando fuerza en los países europeos y asiáticos, pero que aún falta por penetrar en latinoamérica, a lo que ellas señalan es culpa de la cultura machista que impera en la región.