En los últimos siete años los gobiernos municipales de Quintana Roo contrataron a más personal, pasando de un censo de 17 mil 02 burócratas en el 2015, a 25 mil 897 en el 2021, lo que también significó un incremento de 853 millones 920 mil pesos en las nóminas de las administraciones locales.
La información del Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Delegacionales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía revelan que hace casi siete años, Quintana Roo contaba con 12 burócratas municipales por cada mil habitantes. Hoy la tasa es de 22 por cada mil. A nivel nacional el promedio es de 8 por cada mil.
Sin embargo, este aumento en el número de empleados no se tradujo en una mejoría en la atención ciudadana o en los servicios públicos que se brindan: los datos del INEGI revelan que la calificación promedio que le da la ciudadanía a los trabajadores municipales es de 4.8 puntos de un máximo de 10, una cifra muy por debajo de los 5.9 puntos de promedio nacional.
La principal queja de los quintanarroenses es el tiempo que se tardan los burócratas municipales en atender un trámite, seguido por la falta de respuesta a las solicitudes de servicios como recoja de basura, reparación del alumbrado público y bacheo, mientras que en tercer lugar se encuentra su pésima atención al público.
De acuerdo a la información del Portal Nacional de Transparencia, prácticamente dos de cada tres pesos que gastan las administraciones municipales de Quintana Roo se utilizan para el pago de sueldos y servicios de sus trabajadores.
En el 2015, las administraciones locales destinaron a gasto corriente un presupuesto de 4 mil 105 millones de pesos. Para el 2021, esta cantidad alcanzó los 4 mil 958 millones 920 mil pesos.
De acuerdo al Índice de Competitividad Estatal y Urbana, de la IMCO, esta excesiva burocracia es el principal obstáculo para tanto para impulsar las economías locales, como para mejorar la atención al ciudadano.
“Se necesitan en promedio tres burócratas y 15 días para darle respuesta a una solicitud o atender un solo trámite. Si los gobiernos locales modernizaran sus sistemas de trabajo, sin duda mejoraría la competitividad local, siendo el primer paso para alcanzar el primer mundo”, señaló el documento.