Por Javier Ramírez
(Cancún, 6 de julio) La Secretaría de Seguridad Pública anunció este lunes que volverían a cerrarse las vialidades en las principales ciudades de Quintana Roo, como una medida para evitar el acelerado aumento de contagios del Covid-19.
El argumento para aplicar esta medida, señala el titular de dicho organismo, Alberto Capella Ibarra, es que reduciendo la movilidad, también se reduce la interacción social y con esto el número de pacientes con este tipo de coronavirus.
Pero nosotros tenemos otra interpretación de sus propios datos.
Entre abril y mayo de este año, se cerraron aproximadamente 75 kilómetros de vialidades en Playa del Carmen, Cancún, Chetumal y Cozumel. El 40 por ciento de las calles cuya circulación fue restringida fueron en el municipio de Benito Juárez.
Esta decisión afectó a casi mil 850 comercios, la mayoría relacionados con el rubro de alimentos, tiendas de ropa, zapaterías, tiendas de celulares, etc.
En la avenida Héroes, Maxuxac e Insurgentes, de Chetumal, por ejemplo, durante dos meses más de 75 comerciantes resintieron la falta de clientes, con la consecuente pérdida de aproximadamente 3 millones de pesos mensuales, de acuerdo a estimaciones de la Cámara Nacional del Comercio.
En Playa del Carmen, tan sólo el cierre del Boulevard Playa del Carmen, de la Avenida 30 y Constituyentes provocó que alrededor de 230 comercios reportaran pérdidas por más de 12 millones de pesos al mes
En el caso de Cancún el efecto fue aún más devastador, ya que los negocios que no recibieron clientes por la restricción en la circulación ascendió a poco más de 25 millones de pesos cada mes.
Esto según los datos de las cámaras empresariales locales.
Don Jorge Aragón es uno de estos pequeños empresarios afectados. Tiene una pequeña ferretería en Playa del Carmen, sobre la avenida 30, casi a la altura del CTM. A pesar de que su negocio fue considerado “esencial”, contrabajo lograba atender a cinco clientes por día durante la primera “cuarentena” aplicada en abril y mayo.
“Nadie venía por estos rumbos ya que impidieron el acceso en carro y hasta caminando. Por eso solo unas cuantas personas se paraban en mi negocio, ya que la mayoría no está dispuesta a estacionarse a tres cuadras solo para venir a mi local. Tenemos que aceptarlo queremos lo fácil, y si no podemos llegar a un negocio fácilmente, preferimos ir a otro lado”, dice el comerciante.
Hoy teme que la situación se repita luego de que la Policía Municipal anunciara que de nueva cuenta se va a impedir el paso a la calle frente a su ferretería.
Por su parte, el ingeniero en movilidad Gabriel Quintal explicó en entrevista a este semanario que no existe hasta el momento ningún estudio que compruebe que este tipo de medidas son efectivas para evitar el contagio de Covid-19.
“Sí redujo la interacción social en algunos casos, como en la avenida Héroes, de Chetumal, o en la avenida López Portillo, de Cancún, pero esto fue porque obligaron a muchos comercios considerados “no esenciales” a cerrar. En esta ocasión no lo harán, pues el semáforo epidemiológico se encuentra en naranja, así que la aglomeración de personas no estará tan restringida”, dice el experto.
“Lo que sí generará es un caos vial que afectará a la reactivación económica. Las personas necesitan llegar a tiempo a sus trabajos, y con los cierres de estas vialidades tardarán más tiempo en llegar a sus destinos pues tendrán que rodear las calles cerradas”, comenta.
Por tanto, recomendó que se lleven a cabo otras medidas, como realizar mayor vigilancia para que las personas usen cubrebocas y mantengan su sana distancia, lo único que hasta ahora ha demostrado ser efectivo para combatir el virus.