La presidenta de Solidaridad, el Municipio de Playa del Carmen, es uno de los referentes más destacados del enorme daño que la invencible popularidad de AMLO provoca en tantos lugares gobernados o representados por liderazgos de su partido, donde las mayorías fanáticas de militantes, ciudadanos y electores deciden respaldar a ciegas a cualquier candidato, regidor, legislador o mandatario del nivel republicano que sea, y por oportunista y delincuente y voraz que sea, asumiendo que las virtudes del presidente de la República -entendidas en ese fervor dogmático como inmaculadas y absolutas- se irradian e impregnan de mágica gracia a todos quienes a su amparo y montados en su causa moralizadora de la vida pública nacional, acceden al poder desde su partido, con cuya franquicia tantos lucran a mansalva y sin ningún recato, convencidos de que, hagan lo que hagan, la religión del lópezobradorismo y su pertenencia militante a ella habrá de santificarlos y de salvarlos del juicio crítico de las minorías no creyentes, y su feligresía seguirá reconociéndolos y proponiéndolos, frente a todas las oposiciones y contra las evidencias más objetivas de su incompetencia y su rapacidad, como los más dignos aspirantes a todo cargo, o como los más ejemplares servidores públicos en cualquier posición en que ya se desempeñan. Esa es la tendencia en el país, tan guadalupano, iletrado y lópezobradorista como es; tan proclive al simplismo emocional y la milagrería, y tan reacio al ejercicio de las diferenciaciones del sentido común y la conciencia crítica. Y por eso en Quintana Roo avanza, casi sin contrapesos, ese morenismo simulador y de vocaciones tan depredadoras como las de sus socios del Partido Verde. Y por eso y a pesar de los saldos tan vastos de la inoperancia y la ruina exhibidos por las gestiones morenistas y verdes en el Congreso del Estado y en los Municipios turísticos de Cancún, Puerto Morelos y Playa del Carmen –entre los más rentables del país, y también entre los más caóticos y violentos-, del mismo modo que en el de Chetumal, la capital del Estado, los candidatos del Morena y del Verde, como sus alcaldes, sus regidores y sus legisladores, se siguen sintiendo tan bien vistos por la fanaticada electora, y algunos de los peores y más censurables encuentran en esa impunidad activa que favorece el lópezobradorismo fanático, la ocasión que jamás, en otras circunstancias, hallarían: la de poder reelegirse aun en medio de la objetividad de los destrozos que sus ‘mandatos’ han provocado. Nada tan deplorable como las fraudulentas y criminales administraciones de las munícipes de Benito Juárez, Puerto Morelos y Solidaridad, monumentos, así mismo, al fracaso de la emergencia femenina en los Ayuntamientos que presiden, donde dos de ellas aspiran a la reelección –las del Morena en Cancún y Playa del Carmen- y la otra –la verde Laura Fernández Piña, en Puerto Morelos, ya con un segundo periodo en el cargo- a una diputación federal. Y nada tan igualmente condenable como el papel del morenista Otoniel Segovia en Othón P. Blanco, acaso el peor de todos los tiempos entre los muchos que han devastado la Comuna capitalina de Quintana Roo. Y así, el ‘trabajo’ de Laura Beristáin Navarrete al frente de la Presidencia Municipal de Solidaridad ha sido el de la corrupción que la alcaldesa ha propiciado o permitido, al grado de contribuir, con sus antecesores de la oposición, a degradar a Solidaridad –uno de los turística y fiscalmente más rentables de México- hasta convertirlo en el segundo Municipio más endeudado de la entidad y el décimo quinto del país, y no obstante lo cual y sin rubor ninguno, desde hace unas semanas comenzó una campaña de promoción en la Ciudad de México -utilizando principalmente su reciente nombramiento como presidenta de la Asociación de Autoridades Locales de México- para anunciar que buscará reelegirse al cargo en las elecciones de junio próximo, objetivo que incluso cuenta con el apoyo de José de la Peña Ruiz de Chávez, dirigente estatal del Partido Verde Ecologista, mismo con el que el partido Movimiento de Regeneración Nacional confirmó una nueva alianza. Sin embargo, la dirigencia nacional del Morena ha resuelto que la munícipe se someta a una encuesta para conocer la opinión de la gente, y saber si el manto protector del lópezobradorismo ha preservado de manera suficiente la imagen de Beristáin Navarrete de la corrupción que inunda su régimen municipal.
Javier Ramírez
Aprovechando su nombramiento como presidenta de la Asociación de Autoridades Locales de México (AALMAC) otorgado a finales del año pasado, la alcaldesa de Solidaridad, Laura Beristáin Navarrete, realizó recientemente una ‘gira’ por diversos medios de comunicación de la capital del país para, según ella, promover el turismo en Playa del Carmen, golpeado por la pandemia del covid-19, y su trabajo dentro de la referida asociación.
Sin embargo, su periplo no fue más que una excusa para buscar posicionar su imagen de cara a los comicios de junio próximo, en los que, confirmó, buscará la reelección como presidenta municipal.
Por ello no ha dejado de referir, en cada una de sus entrevistas, el apoyo que, asegura, ha recibido su actual administración por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, afirmando que, con ella repitiendo otros tres años, la llamada ‘Cuarta transformación’ terminará por asentarse en el Municipio de Solidaridad, uno de los puntos más importantes dentro del proyecto del Tren Maya.
Obviamente la alcaldesa omitió referirse a los múltiples escándalos que han envuelto a su gobierno, incluyendo la instalación de parquímetros, la entrega de concesiones al mejor postor y el millonario negocio que ha hecho con la ‘remodelación’ de la Quinta Avenida, cuya inauguración volvió a retrasarse.
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En diciembre pasado, la alcaldesa solidarsense alcanzó la ‘cúspide’ de su carrera política cuando recibió en la Ciudad de México la presidencia de la AALMAC y concretó con la gobernadora Claudia Sheinbaum el “hermanamiento” de sus respectivas demarcaciones. Ambas habían coincidido en que con ello contribuirían a una mejor cooperación y reactivación de ambos destinos turísticos, además de que trabajarían en una agenda municipalista que abonase al trabajo que la ‘4t’ ha iniciado.
A mediados de este mes, Laura Beristáin regresó a la capital del país para ofrecer varias entrevistas, una de ellas al periodista Javier Solórzano, en las que habló de la reactivación económica de Solidaridad y el buen manejo de la pandemia, dijo, por parte de su administración.
Pero su verdadero objetivo era dar a conocer que buscaría reelegirse en la Presidencia Municipal “para continuar trabajando en este Gobierno de la Cuarta Transformación” y así darles un empuje a las izquierdas progresistas.
Afirmó que tres años son insuficientes para cimentar las bases de un nuevo régimen, y que con el apoyo que Solidaridad y su administración han recibido del presidente Andrés Manuel López Obrador, es necesario dar continuidad al Gobierno solidarense que, afirmó, es “humanista, de orden y de esperanza”.
Concesiones inútiles
Pero la munícipe se quedó corta a la hora de hablar con la verdad en torno a su gobierno. Porque en sus casi tres años al frente de uno de los Municipios más visitados del país y de los fiscalmente más rentables, ha conseguido mantenerlo también como uno de los más endeudados, más violentos y con mayores rezagos sociales, y donde ha entregado o mantenido millonarias concesiones de servicios como la recoja de sargazo y los parquímetros, mismos que cuestan a la Comuna más de 18 millones de pesos mensuales.
En mayo de 2019, la administración de Laura Beristáin comenzó el proceso de licitación para arrendar los camiones encargados de la recoja de las más de 700 toneladas de basura que a diario se generan en el Municipio. Al final la ganadora fue la empresa Promotora Ambiental de la Laguna -que en 2017 fue multada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) con 2 millones 848 mil pesos por irregularidades en el manejo de los residuos y contaminación del ambiente-, misma a la que cada día el Municipio paga 5 mil pesos por turno de 12 horas de cada uno de los 27 camiones recolectores de basura arrendados. Los contribuyentes entonces gastan un total de 8 millones de pesos de manera mensual por todas las unidades.
Para retirar el sargazo de las playas, el Municipio también paga 9 millones de pesos a la empresa Grupo Ar.Co, que representa a la comercializadora Chaktumen de Quintana Roo, para “realizar barridos mecánicos en la zona de playa y costa de Playa del Carmen”, pese a que en agosto de ese mismo año se dio a conocer que no está utilizando el equipo de alta tecnología prometido, sino que en su lugar ocupa una plantilla de 350 personas que trabajan 12 horas al día para retirar las algas de la playa.
Beristáin también ha permitido la operación de dos servicios que han provocado el malestar y el enojo de muchos: los parquímetros y el agua potable.
Con el primero, que fue un proyecto de la anterior alcaldesa, Cristina Torres, se implementaron en una primera etapa 960 parquímetros en la zona turística de Playa del Carmen, con una duración de 15 años, y los equipos comenzaron a funcionar de 10 de la mañana a 10 de la noche con un costo de 2 pesos cada 12 minutos y 10 pesos la hora. Las ganancias, se dijo entonces, podrían alcanzar los 12 millones de pesos al mes, de los cuales el 25 por ciento sería para el Ayuntamiento y el resto para la empresa concesionaria, Promotora de Reordenamiento Urbano S.A. de C.V.
Meses más tarde, ya con Beristáin Navarrete al frente del Gobierno, los números de los equipos estimados terminaron por ajustarse junto con el horario de los mismos, que se determinó entre las 7 de la mañana y las 8 de la noche, por lo que mensualmente los parquímetros –que en el curso de los 15 años del contrato de concesión alcanzarían la cifra de cinco mil- recaudarían entre todos unos 20 millones de pesos, lo que al año significarían poco más de 240 millones, y, al término de los tres lustros de la concesión y con la instalación de todos los -5 mil- parquímetros previstos, la empresa se habrá embolsado más o menos 3 mil 650 millones 400 mil pesos, de los cuales el Ayuntamiento apenas recibiría una contraprestación equivalente apenas al uno por ciento, es decir unos 2 millones 430 mil pesos.
Obra sin fin
Pero la mayor muestra de corrupción de la alcaldesa es sin duda el proyecto de remodelación de la Quinta Avenida, en la que el Cabildo aprobó una inversión de 120 millones de pesos, pues la munícipe y sus cómplices en la Comuna se encargaron de entregar los contratos a empresas fantasmas.
Dos de ellas, Constructora Diqsa S.A. de C.V. y Xoanxum S.A. de C.V., habrían recibido de manera directa sendos contratos de más de 38 millones de pesos para trabajar en la obra, siendo la última una compañía creada mediante el robo de identidad.
Los trabajos iniciaron en mayo pasado y la munícipe dio un plazo de 150 días para concluirlos, pero una y otra vez se encargó de retrasar su entrega. Al 8 de septiembre apenas tenían un avance del 8 por ciento, por lo que prometió que sería en diciembre cuando finalmente entregaría la obra.
El 2020 concluyó y los trabajos continúan en la emblemática avenida y con materiales que a simple vista se advierten de pésima calidad.
A examen
Para buscar la reelección, Laura Beristáin todavía tendrá que sortear una encuesta del Morena, donde quieren medir su aceptación luego de tres años de un incremento sostenido y tolerado de la criminalidad, con ataques a establecimientos que han dejado decenas de muertos, el asesinato de reporteros, la extorsión consuetudinaria, las múltiples evidencias de corrupción y las promesas incumplidas de la munícipe de retirarle la concesión del agua potable a la empresa Aguakan, beneficiaria de años y años de vileza gobernante en la entidad y en sus principales Ayuntamientos, como el playense.
El PVEM, necesitado de un aliado en ese Municipio, ha confirmado su apoyo a la reelección de Beristáin. Pero si los resultados de una inminente encuesta son adversos para la hoy alcaldesa, no dudará en apostar por algún otro candidato en los próximos meses. El Verde es un partido empresarial, de rufianes consumados, y gana siempre de la mano de las mafias más exitosas.
Laura Beristáin, quien no pierde la oportunidad para presumir el supuesto apoyo que tiene del presidente Andrés Manuel, estaría a muy poco de ver sus ambiciones cortadas, debido a sus extraordinarios excesos. Es cierto que la devoción lópezobradorista justifica muchos atropellos. Pero también es cierto que hay despropósitos que desbordan los límites hasta de las más enajenadas tolerancias.