El minotauro
Por Nicolás Durán de la Sierra
En el encuentro entre aspirantes al Gobierno del Estado que organizara en Playa del Carmen la Coparmex, la figura más destacada fue, sin duda, la de Mara Lezama, la candidata de Morena, quien sin acudir al evento se convirtió en el centro del mismo al tener eco en la voz de los demás participantes.
Su ausencia tuvo un gran peso político, mayor que si hubiera asistido.
En el escaparate –que no debate, pues nada se debatió- el punto toral fue el de la falta de seguridad, materia sensible en todo el país, pero fuera de buenos deseos y nostalgias por un ayer plácido, no se aportó nada.
Era previsible, pues aun con la presencia de los candidatos todos, el tema se les hubiera ido de las manos.
Lo más que podrían ofrecer es intentar menguar la violencia.
El tema de la inseguridad en Cancún, empero, era muy atractivo como para dejar de usarlo contra la ausente, y Laura Fernández, candidata de la alianza PAN-PRD, con brío se lanzó al ruedo…
Lo malo es que en el embate se denostó ella sola, pues en Puerto Morelos, donde recién fuera edil, se vive la misma violencia y se han dado hasta asesinatos políticos… En fin, gajes de campaña.
La salud pública fue otro tema recurrente en las ofertas de los candidatos y las pifias en este asunto eran las de esperarse, disparates incluidos.
Fueron meras ofertas de campaña teñidas de un localismo fatuo que luego de lo vivido con la pandemia, se antojan ofensivas.
Por el costo de insumos e infraestructura, la solución de fondo solo puede venir del ámbito federal. No hay de otra.
Es deseable que en el debate del próximo 21 de mayo, el organizado por la autoridad electoral, y al que sí asistirá Mara Lezama, se dé una discusión de ideas y proyectos y no, como en el de Coparmex, se monte una anecdótica vitrina de aversiones.
Las encuestas van en un sentido, cierto, pero no por eso hay que perder el decoro.