Trascendió que un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación presentará un proyecto de carácter de sentencia en contra de los nacimientos navideños por considerarlo “hostil e indiferente frente a cualquier otra concepción religiosa o de conciencia” el próximo 6 de noviembre.
A pesar de que la neutralidad del Estado mexicano dispone –entre otras cuestiones– que toda autoridad ha de ocuparse de evitar la imposición de ciertas ideas o dogmas de unas personas sobre de otras; y, por el contrario, ha de preocuparse por garantizar el ejercicio libre de cualquier religión, o incluso, el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá de la Suprema Corte de Justicia de la Nación lanzará un proyecto para determinar si “colocar dichos elementos en espacios públicos es violatoria de la libertad religiosa, y de los principios constitucionales del Estado laico y el principio de igualdad y no discriminación”.
Finalmente, la propuesta señala que deben de ordenar que “se abstenga en el futuro de erogar recursos públicos, en ejercicio de sus atribuciones legales y constitucionales, para la colocación de símbolos, en espacios públicos que hagan alusión a una convicción religiosa específica, como los nacimientos navideños”así lo señaló el ministro.
Cabe destacar que ha habido con anterioridad quejas en Yucatán en contra de “la escenificación del nacimiento de Cristo”, presentando un amparo argumentando que:
“Mediante la instalación de la escenificación del “Nacimiento de Cristo” en un espacio público con recursos del erario municipal privilegió o consideró superior la religión cristiana sobre el resto de las concepciones de pensamiento o de conciencia”, así fue declarado.
La creación del nacimiento de atribuye a San Francisco de Asís, hace poco menos de 800 años en Italia. Tal inicio del nacimiento era a manera de representación de tamaño natural, es decir, con personas y animales de carne y hueso. La práctica se fue extendiendo en toda Europa, principalmente en centros religiosos; alrededor del siglo XV comenzó a utilizarse pequeñas figuras representativas, fue entonces que los fieles cristianos comenzaron a montar sus propios pesebres en sus hogares.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, en México comenzó a principios de la conquista como práctica y estrategia –como la pastorela y las posadas– para facilitar la tarea de evangelización de los pueblos originarios.