Un reportaje especial de Estosdías
(México, 18 de agosto) El 17 de agosto pasado, la Secretaría de Salud reportó 512 mil casos positivos de Covid19, y más de 57 mil 200 personas fallecidas por esta enfermedad.
Por esas mismas fechas, la Cámara Nacional del Comercio (Canaco) registró el cierre de 24 mil 800 empresas y la pérdida de 1 millón 100 mil empleos. Es la otra tragedia de la pandemia.
De acuerdo con datos del organismo, tan sólo en el primer mes de la pandemia se dieron de baja 6 mil 689 empresas de esos registros, mientras que en mayo otras 3 mil 295 hicieron lo mismo. Los datos de julio serán dados a conocer en los siguientes días por el organismo, pero se anticipa que la pérdida de empresas y negocios continuará.
Claro que esta información sólo toma en cuenta las pérdidas del negocio formal, ya que se basa en los datos ofrecidos por el reporte mensual de empleos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de las cámaras empresariales.
La Unión de Comerciantes y Vendedores Ambulantes de México calcula que al menos otros 150 mil pequeños negocios informales (como tiendas de ropa, comercios ambulantes, etc) y 2.4 millones de personas que no trabajaban bajo contrato, perdieron la batalla contra las restricciones económicas impuestas por las autoridades para frenar la tasa de contagios: cierre de comercios no esenciales, limitaciones en los horarios de venta y de acceso a vialidades en zonas comerciales, cuarentenas obligatorias, etc.
Sí, el Covid19 no sólo se llevó la vida de miles de personas, sino que también los sueños de millones.
LAS VÍCTIMAS QUE NO SE CUENTAN
Mariana Gutiérrez es una de estas “víctimas económicas” del coronavirus. En noviembre del 2019, tras casi cuatro años de ahorrar, por fin pudo dar vida a su sueño: poner una pastelería en el corazón de su ciudad natal, Puebla.
“Batallamos bastante. Por fin era algo propio, me permitía hacer lo que amo y nos dejaba buen dinero. Iniciamos en un pequeño local que nos rentaron por 7 mil mensual, pero teníamos planes de mudarnos a un lugar más amplio”, cuenta la mujer.
No esperaba que unos meses más tarde todos sus planes se derrumbarían. En marzo inició el confinamiento por el Covid19, y en abril ya le habían prohibido abrir sus puertas, al ser considerado un negocio no esencial. Para junio llevaba tres meses sin tener un sólo ingreso, pues tanto ella como su esposo habían renunciado a sus respectivos trabajos para dedicarse de tiempo completo a su pastelería.
Para julio comenzó a rematar sus instrumentos y mobiliario de su negocio, con el fin de obtener unos cuantos miles para sobrevivir. Hoy, prácticamente no queda nada de ese comercio. Fue como una estrella fugaz en su vida.
LO PEOR PARA LA ECONOMÍA
“La pandemia vino a exacerbar la debilidad previa por la recesión que se vivía en la economía mexicana”, señaló José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC). “Fue un golpe durísimo, sobre todo para los más pequeños y medianos, porque en un espacio muy reducido de tiempo tuvieron que enfrentar una economía con freno y una pandemia que las empujó finalmente al abismo”.
Los cierres obligados para combatir la pandemia, que ha cobrado más de 30 mil 700 vidas en México y colocan al país como el quinto con más defunciones a nivel global, llevaron a miles a una situación sin precedentes: una caída brutal en sus ingresos sin apoyos suficientes del gobierno para poder mantener sus operaciones.
De acuerdo con el IDIC, uno de cada 15 negocios no sobrevivirá a esta contingencia sanitaria.
SÍ, LA CULPA TAMBIÉN ES DEL GOBIERNO
Aunque el Covid19 es la causa directa de esta crisis económica, las autoridades y su manejo de la pandemia tienen mucho que ver.
De acuerdo con los reportes estatales de 26 Estados de la República, entre abril y junio destinaron más de 23 mil 800 millones de pesos para “apoyar” a la población. Y aunque la proporción varía en cada Estado, en promedio el 40 por ciento de esos recursos fueron destinados a la entrega de despensas y el resto en insumos para hospitales, contratar personal médico, infraestructura hospitalaria, etc.
Esta cifra no toma en cuenta las aportaciones federales entregadas a cada entidad.
Pero a pesar de estos miles de millones de pesos en ayuda, la economía sigue cayendo. ¿Por qué?
“Porque los gobiernos mexicanos son los que menos recursos han destinado al apoyo del sector privado”, señala un análisis de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), México ha destinado apoyos y créditos para las empresas y negocios equivalentes a 3.8 por ciento del PIB. En contraste, Chile ha destinado 11.4 por ciento, Colombia 8 por ciento, Perú 7.6 por ciento, Uruguay 5.3 por ciento y Costa Rica 4.3 por ciento.
En materia de apoyos a trabajadores independientes o freelance, México ha destinado solo 0.4 por ciento del PIB, la mitad que el promedio en América Latina y por debajo de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Costa Rica.
Pero no hubo descuentos significativos en ISR, nóminas, licencias de funcionamiento, permisos de construcción y publicidad, y otros tantos impuestos tanto federales como estatales y municipales, por lo que en promedio un pequeño negocio, como una papelería, tuvo que pagar entre 4 mil a 13 mil pesos de gravámenes entre marzo y julio, a pesar de que tuvieron prohibido trabajar en la mayor parte del país.
“La mayoría de las administraciones de todos los niveles de gobierno perdieron un 30 por ciento de recaudación, por culpa del Covid19. Por eso no otorgaron más apoyos a las empresas en cuanto al pago de impuestos. Y no hablo de los grandes, como Coppel o Elektra, sino de los pequeños negocios, como tiendas de ropa, zapaterías, restaurantes, etc”, dice Javier Mendoza, secretario ejecutivo de la Cepal y representante del organismo en México.
“Definitivamente vendrán tiempos difíciles. De nada sirven los esfuerzos de reactivación económica si no vienen acompañados de incentivos para los negocios. Y de esto si es culpable el Gobierno”, puntualiza.