La última palabra
Jorge Martínez Lugo
Narra la historia que Julio César decidió atravesar el río Rubicón (lo cual significaba que no habría marcha atrás) para dirigirse a Roma y conquistar el poder, marcando una nueva era de la república hacia el imperio romano.
Este hecho simbólico, uno de los más citados cuando se toman decisiones atrevidas asumiendo las posibles consecuencias, se puede aplicar a la decisión que asumieron los líderes corporativos de las plataformas digitales globales, al suspender sus redes sociales, nada más y nada menos, al insubordinado presidente de los Estados Unidos de América, ante la toma del Capitolio el 6 de enero de 2021.
Estamos viviendo una transición histórica de largo aliento, cuando los cimientos de la democracia están seriamente cuestionados como nunca desde 1785-1800, época en la que nacieron la Constitución de Estados Unidos, la Constitución francesa y la Declaración de los Derechos Universales del Hombre (así llamada entonces), que han sido los faros de la democracia moderna en el mundo occidental.
INTERNET BAJO INTERESES ECONÓMICOS Y POLÍTICOS
Hasta el momento hay dos modelos del uso de internet: el ciber-liberal occidental (que favorece la aparente total apertura y uso público) y el ciber-restrictivo chino-ruso (que limita el uso público y favorece la vigilancia).
Con el cruce del Rubicón por parte de los líderes corporativos del internet al vetar a Trump, lo que hicieron fue colocar a las plataformas digitales en el centro de la gobernanza y de la propia democracia, a manera de supra poderes.
Twitter, Facebook, Amazon, Apple, Google, decidieron atravesar el río, la línea que marca el no retorno, proclamándose guardianes de la democracia en el mundo y en la historia.
El modelo comercial de las grandes plataformas se basa en el uso de la tecnología digital para recopilar sin permiso y monetizar datos personales. El modelo político de control, en cambio, usa los datos personales para la vigilancia e intervención gubernamental.
Se terminó el breve sueño de las redes sociales libres y democratizadoras. El internet, además, es la plataforma de la hiper crispación social y política actual.
EL ROBO DE DATOS PERSONALES
Esta práctica, traspasa cualquier valoración legal, ética y moral, porque los fines que persiguen se consideran supremos: el comercial y el control político.
En ambos modelos el internet y el robo indiscriminado de datos personales, no tiene límites, ni regulación. Los principios básicos de la libertad y la democracia están a prueba ante la presencia del internet y sus controladores.
En el mundo occidental, para efectos de monetización comercial y en China-Rusia para el control político. En ambos modelos, la ciudadanía está vigilada y controlada. Los gobernantes, también.
El meollo del tema en ambos sistemas, es el robo y uso de nuestros datos personales, sin que podamos hacer algo, porque son decisiones de los líderes corporativos del internet global.
La suspensión de las redes sociales al loco Donald Trump, es apenas la punta del iceberg, que marca el inicio de la marcha hacia la transformación más profunda de nuestra democracia y las reglas de convivencia político-social-comercial en el mundo. Este proceso puede durar décadas o siglos, pero más allá de estas reflexiones, el lector tiene la última palabra.
23 enero 2021.