
Signos
Habrá quien asegure, sin tener la menor duda, que el coro verdemorenista de la regeneración moral y la transformación nacional que negó el desafuero parlamentario y salvó al pervertido Diputado Federal y exGobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, de ser procesado penalmente como delincuente sexual, es de una condición tan pérfida como su defendido y mucho más execrable, por su fétida propaganda defensora de la honradez y los derechos populares, que la de los espectáculos parlamentarios de la corrupción priista de los tiempos clásicos. Amparan a un vividor y a un criminal político que despojó de miles de millones los patrimonios públicos de la entidad que ‘gobernó’ y en la que bajo su gestión prosperó con absoluta impunidad el crimen organizado. Y lo peor de todo, es que el fervoroso electorado mayoritario y defensor de la santidad obradorista de los programas del Bienestar sigue votando por los candidatos de esa causa militante, por más vulgares y pedestres y nocivos que sean, como Cuauhtémoc Blanco, digno representante de la ‘cuarta transformación’.
SM