Signos y señales
Por David Colmenares Páramo
Recientemente se conmemoró el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres Naturales, establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el objetivo de concientizar a los gobiernos y a los ciudadanos del mundo, sobre la necesidad de crear una cultura global que promueva la reducción de los riesgos de desastres, con todo lo que ello signifique. Desde 2015, el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, guía las acciones de los Estados miembros de las Naciones Unidas, en esta materia y se complementa con la Agenda 2030, sobre el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.
Uno de los siete objetivos del Marco de Sendai, y en el cual se centró la edición 2022 del Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, se refiere a la necesidad de incrementar tanto la disponibilidad como el acceso a los sistemas de alerta temprana sobre amenazas múltiples, así como a información y evaluaciones sobre el riesgo de desastres naturales.
El Marco de Sendai se centra en evitar la pérdida de vidas y las afectaciones al bienestar de las personas, por lo cual busca reducir los riesgos que generan las distintas amenazas, como, huracanes, inundaciones, sismos, sequias, incluso una pandemia. A partir del conocimiento de las vulnerabilidades que aquejan a las comunidades y la adopción de medidas para prevenir y reducir riesgos, como el fortalecimiento de los sistemas de vigilancia y alerta y los programas de educación y comunicación.
El Marco de Sendai promueve que las políticas públicas preventivas antes los desastres naturales, posean un enfoque holístico, que considere factores económicos, sociales y políticos que, al interactuar ante las amenazas, puedan reducir sus efectos e incluso afectar lo menos posible, a los sectores más vulnerables de la población, que generalmente son los más pobres de la sociedad.
Así, los sistemas de alerta temprana forman parte de las medidas que cada gobierno debe adoptar de manera preventiva ante los desastres y poder hacerles frente, minimizando y reduciendo los daños potenciales. Lo anterior permite que las personas y comunidades vulnerables, sean avisadas con tiempo y cuenten con la información suficiente para saber cómo actuar. Estos sistemas deben considerar el seguimiento, pronóstico y predicción de amenazas o peligros, evaluar los riesgos, establecer sistemas y procesos de actividades de comunicación y preparación que permitan a las personas, comunidades, empresas y autoridades adoptar medidas para disminuir los daños y evitar la perdida de vidas.
De acuerdo con el Marco de Sendai y la GUID 5330-Orientaciones sobre la auditoría de la gestión de desastres de la INTOSAI, un sistema de alerta temprana para ser eficaz debe ser capaz de detectar múltiples amenazas, “de principio a fin” y centrarse en las personas. Estos componentes deben facilitar la coordinación e interacción entre las autoridades de todos los niveles y el resto de los actores sociales, ya que, a partir de la emisión de una alerta, se deben ejecutar una serie de acciones concretas y ordenadas, ante la emergencia, esto es evacuaciones, refugios, suministros y medidas de auxilia a la población ante la presencia del desastre.
Por lo señalado, las Entidades de Fiscalización Superior, al revisar los programas y políticas preventivas, ante posibles desastres naturales, deben contar con sistemas de alerta, como la sísmica, a la luz de estándares de eficacia, y generar recomendaciones para fortalecer su gobernanza.