El minotauro
Por Nicolás Durán de la Sierra
La presentación ayer del presupuesto de egresos para el 2023 de Quintana Roo por parte de la gobernadora Mara Lezama, sorprendió no sólo por su elevado monto, el más alto de su historia, con casi 42 mil millones de pesos, sino también por ser el que mayores recursos destinará al sector social, para atender a la legión de desprotegidos que hay en nuestras ciudades y campos.
Esto quizá suene exagerado, pero los números oficiales no dejan duda: casi el 45% de la población se halla en situación de pobreza, y un 11% en el punto extrema y esto aún en ciudades opulentas como Cancún, donde la pobreza es del 26.3% y la miseria el 18%, aunque las cifras pudiera ser mayores porque las estimaciones son de antes del impacto del Covid 19.
De allí la importancia del pacto social de la gobernadora y también la razón del monto para la inversión social de más de 17 mil millones de pesos que se aplicará en el año por venir, 11% el más que en 2022. Ella insiste, tal como lo anunciara en su campaña política, en menguar la brecha que hay entre riqueza y pobreza en el Estado y la que genera mucha de la violencia que vivimos.
La fuente de procedencia de estos recursos se originará en la fusión de organismos públicos para reducir gastos por duplicación de funciones y la redirección de dos mil millones del presupuesto corriente hacia los programas sociales, además de reducir la publicidad y regular los gasto de la alta burocracia, en un modelo similar al encabezado por el presidente López Obrador.
Dentro de la estrategia para aminorar la pobreza, sobre todo en zonas rurales y en áreas urbanas marginales, se dispondrá de fondos de asistencia, con énfasis en las mujeres, pues son las más afectadas por las carencias. El pacto social al que convoca la gobernadora será un utensilio importante para regenerar el tejido social, un capitulo abandonado por muchos años.