Don Ricardo Villava se define a si mismo como un humilde comerciante. Y sí, cuando llegó a Cancún hace varios años, comenzó desde abajo, vendiendo una y otra cosa, hasta que con ahorró lo suficiente para poner su propia zapatería, en la conocida zona del Crucero.
Tuvo épocas buenas, algunas otras regulares, pero nunca una tan devastadora como la actual, por la contingencia del Covid-19.
Hace unas semanas salía de su negocio, pensando en cerrar las cortinas de manera temporal para reducir gastos, cuando se encontró con un grupo de seis personas cuyo rostro demostraba que no habían comido en días. Casi por instinto les dio unas raciones de comida.
Al otro día regresó tan solo para alimentar a esas personas. Pero ese grupo ya había crecido a 10. Y al siguiente día eran 30. Después 50. Pronto, se encontraba repartiendo comida para 300 personas diariamente.
Pero con Ricardo “no se rajó”. Gastó incluso todos sus pocos ahorros que le quedaban para comprar arroz, frijol, lentejas, leche y demás ingredientes para más comidas. Cuando se quedó sin un peso, llamó a sus amigos para que juntos logren adquirir más alimentos.
Y así lo han hecho en los últimas dos semanas. Don Ricky y sys amigos continúan dándole alimento a cientos de personas que perdieron su trabajo por culpa de la emergencia sanitaria. Eso si, vigilando todas las medidas de seguridad.
(Si quieren apoyarlo con efectivo o especie, pueden comunicarse a su número personal 998 386 1145.