Comentario editorial
En el Caribe mexicano, salvo las enjauladas zonas residenciales y las áreas de explotación turística, la expansión inmobiliaria y los nuevos asentamientos de la pobreza advierten, en su caótica y vertiginosa desmesura, que los Gobiernos no sólo no son factores del desarrollo y el progreso social, cultural y humano, sino sus principales adversarios y los poderes más devastadores del medio natural de su entorno, uno de los más ricos, frágiles y envilecidos del planeta.
SM