
Signos
Importan los derechos magisteriales, claro está. Pero ¿más que los de los alumnos a las clases en las aulas y a la calidad y la continuidad educativa? ¿No cuentan los derechos de los padres de familia de los escolares? ¿Cómo ha de garantizar el Estado los principios constitucionales en tan estratégico sector de la vida nacional (cultural, cívica, institucional, democrática, económica y competitiva en todos los aspectos)? Entre los días inhábiles y los de inactividad por la defensa magisterial, hay tantas clases escolares como en las naciones más iletradas del mundo. Y pareciera que no hay nada qué hacer. El Estado es la medida de esa educación.
SM