Hacia una nueva libertad de expresión

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El minotauro

Por Nicolás Durán de la Sierra

Las calumnias contra Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del expresidente López Obrador, avergüenzan al oficio periodístico. No hablo de los ecos que se dieron en el país, oportunistas y ruines, sino de la red de mentiras que generó la derecha hispana en torno a la residencia de la mexicana en una lujosa zona de Madrid, luego de haber obtenido la nacionalidad española.

La mentira, la ficción se publicó en el diario ABC y fue seguida por El País, y en ningún caso se dio más seña de su origen; se basaron en trascendidos y decires, en humo sin rigor de oficio, pero suficiente para dar paso a una campaña contra la maestra e investigadora de la UNAM. “Azote de España”, la llamaron entre otras cosas, aunque su meta era y es su esposo.

Bajo “calumnia, que algo queda” se desató un vendaval que, empero, revela lo que no deben ser ni hacer los medios informativos, ruta de este comentario. Mentir a sabiendas, calumniar, debe conllevar sanción para sus autores. La libertad de expresión defiende el derecho a la opinión y hasta pifias irreflexivas, pero no insidias ni bajezas que, esas sí, van contra el oficio. El periodismo no es una suerte de patente de corso.

Desde hace mucho, los límites del concepto “libertad de expresión” están en análisis. Allá por los lejanos 80’s la UNAM y El Colegio de México presentaron iniciativas que no prosperaron, entre otras razones porque en aquel tiempo el periodismo no era tenido por profesión; eso aparte de la abierta oposición -vaya con la ironía- de los medios policiacos.

No es mala idea colegiar al periodismo como la profesión que ahora es.

Debemos retomar el tema y más aún cuando hoy, con un teléfono celular, cualquiera se dice periodista, pero no puede siquiera escribir su nombre con ortografía. Un marco claro de la libertad de expresión nos serviría, por ejemplo, para contener a entes como Layda Sansores, gobernadora de Campeche, que se cree señora de horca y cuchillo y ordena la clausura de periódicos.

La libertad de expresión es un baluarte ciudadano ante el poder público, y en el diseño de sus lindes, por ende, debe incluirse a la comunidad. Lo que le sucediera a Beatriz Gutiérrez, es copia cercana de El honor perdido de Katharina Blum o Cómo surge la violencia y hacia dónde puede conducir, novela de Heinrich Boll de 1974 que es texto básico en algunas escuelas de periodismo.

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