EDOMEX.- El cuerpo de Carlitos, de solo cinco años de edad, fue localizado en su propia vivienda ubicada en Chimalhuacán, luego que había sido reportado como desaparecido. La Fiscalía del Estado de México informó que fueron detenidos la madre y su pareja sentimental.
De acuerdo con la investigación, el pasado 9 de noviembre la madre reportó la desaparición del menor, asegurando que cuando caminaba por una calle de la colonia Barrio Xochitenco, presuntamente le habían arrebatado a su hijo, el cual fue subido a un vehículo.
En redes sociales, familiares y amigos compartieron la ficha de alerta que emitió la Fiscalía, la cual detallaba que el último día que vieron a Carlitos vestía playera color azul marino manga larga, suéter color azul rey del Capitán América y pantalón azul de mezclilla.
Personal de la Fiscalía acudió al domicilio donde habitaba el niño, ubicado en calle Prolongación de Todos los Santos, Barrio Xochiaca, Parte Alta, en Chimalhuacán; ahí, se localizó tierra removida, por ello fueron llevadas a cabo diligencias con el apoyo de personal pericial. Tras la excavación fue encontrado el cuerpo de la víctima.
Hasta el momento se desconoce la causa de muerte; sin embargo, de acuerdo con fuentes cercanas a la investigación, la propia madre y el padrastro admitieron haberle quitado la vida.
Según vecinos, el pequeño era primo de Lupita Medina, la niña conocida como “Calcetitas Rojas” que en el 2017 fue localizada sin vida en calles de la colonia El Sol, en Nezahualcóyotl, pues la madre del menor, identificada como Dulce, sería tía de la niña.
La mañana del 18 de marzo del 2017, los vecinos de la colonia El Sol, en Nezahualcóyotl, descubrieron el cuerpo semidesnudo de una niña de no más de 5 años de edad, abandonado en un terreno baldío.
La menor presentaba múltiples contusiones, vestía una sudadera y calcetas rojas, por lo que la activista Frida Guerrera la nombró “Calcetitas Rojas”.
Tenía una cobija colocada en la cabeza y a un lado sus botas negras. La menor permaneció sin ser identificada hasta diciembre, nueve meses después, cuando se inició un proceso contra su mamá y su padrastro.
Su nombre era Lupita y su padrastro le pegó porque orinó y no les avisó. La violencia en su núcleo familiar no era algo fuera de lo normal; sin embargo, el golpe que la niña recibió en la cabeza fue lo que le provocó la muerte.
Por el homicidio de Lupita, en septiembre del 2019 se les sentenció a 88 años de prisión a la madre Yadira “N” y al padrastro Pablo “N”, condena que cumplen en el penal Neza-Bordo.
El juez determinó que la niña fuera legalmente registrada con el nombre de Guadalupe Medina Pichardo, pues fue un derecho que se le negó en vida.
Fuente: El Sol de México