Impuesto a remesas, puerta a la informalidad y a un nuevo negocio del narco

CIUDAD DE MÉXICO.- Aplicar un impuesto a las remesas enviadas desde Estados Unidos al exterior provocaría que los migrantes afectados busquen canales alternativos para enviar estos recursos, como los informales, aseveró el área de análisis económico de BBVA México.

Proyecta tres alternativas que podrían usar los paisanos para evitar el impuesto: recurrir al apoyo de familiares o amistades con ciudadanía o residencia en Estados Unidos; optar por la bancarización para recibir remesas mediante transferencias interbancarias, y utilizar canales informales de envío.

“Si el gravamen incentiva el uso de canales informales no legales para el envío de dinero, y éstos se fortalecen, podría incentivar la participación de organizaciones criminales en estas actividades. Es decir, la actual propuesta de ley podría afectar un mercado eficiente, competitivo, formal y legal”, aseveró.

También enlistó entre las alternativas informales, pero legales, a las personas remesadoras que cobran alguna comisión, la compra de productos y servicios en línea, pagados desde Estados Unidos y entregados directamente en México, y la venta de monederos electrónicos y saldos en tarjetas de regalo.

Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México, indicó que un impuesto no necesariamente implica que vaya a bajar el flujo de remesas o de recursos que obtienen las familias, porque hay distintos canales que se pueden utilizar.

Esta propuesta de gravamen estaría dirigida principalmente a la población migrante no documentada que envía dinero a sus países. El 97 por ciento de las remesas a México provienen de Estados Unidos, por lo que es la nación con mayor dependencia de estos recursos.

BBVA Research sostuvo que la propuesta estadounidense de poner un impuesto de 5 por ciento a las remesas tendría bajo impacto en México, aunque en sí mismo es injusto, regresivo y contrario a compromisos internacionales.

Según sus estimaciones, el universo potencialmente afectado por un impuesto sería de aproximadamente cuatro millones de mexicanos no documentados que residen en Estados Unidos y el costo de enviar 350 dólares pasaría de 6 a 23.5 dólares.

En una primera estimación, los flujos de remesas que podrían verse más afectados por este impuesto serían, en un escenario extremo, los de Tamaulipas, en -4.4 por ciento; Guerrero, con -4.3 por ciento; Puebla, con -3.6 por ciento; Oaxaca, con -3.6 por ciento, y Veracruz, con -3.4 por ciento.

Fuente: El Financiero

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