Signos
Para un nuevo discurso, por ejemplo:
La descomposición espiritual, moral y cultural que produce tantas masacres y generaliza el alcoholismo, la ludopatía y la dependencia exacerbada de fármacos alucinógenos y cada vez más letales opioides en la Unión Americana entre sus más poderosas e identitarias patologías, es un problema que deben resolver los ‘americanos’ estadounidenses. Y una vez asumida y declarada como propia esa pequeña adversidad clínica de la salud anímica y mental que determina el modo de ser de la nación y el pueblo vecinos, en el Estado mexicano y de manera complementaria y responsable y solidaria nos encargaremos de todos, absolutamente todos, los criminales que intenten cruzar droga al otro lado de la frontera, y México será un país dedicado con éxito, como nunca antes, a consumar la legalidad y la justicia, combatiendo la violencia, la inseguridad, la impunidad y la corrupción que tanto han afectado su potencial de progreso, de desarrollo social y de evolución democrática. Estados Unidos será entonces un país tan autocrítico, tan equitativo, tan poco supremacista y tan humanista y responsable de sí mismo, como libre de viciosos y adictos al alcohol, el juego, las drogas y las armas que lo tienen en el umbral de la decadencia como democracia líder del ‘mundo libre’, y México podrá ser un socio pacífico y confiable en todos los intereses comerciales, migratorios, de seguridad y otros esenciales y de todo orden que a ambos Estados vecinos preocupen de manera igualitaria.
SM