
Signos
Un sistema educativo secuestrado por el sindicalismo, inservible (la enseñanza es inconsistente y de pírricos valores pedagógicos) e imposibilitado de renovación.
Un sistema de Justicia politizado y condenado por la incongruencia y la demagogia democrática: desconocido en absoluto por unos ciudadanos que deben renovarlo con su voto a partir de una decisión personal sustentada en la popularidad carismática de un liderazgo presidencial.
País condenado al analfabetismo funcional, al dominio criminal, a la trivialidad política, a la mediocridad critica y cultural, y a la perpetuidad del caos y la ingobernabilidad.
SM