
Signos
La manera en que el Gobierno mexicano implora a los agitadores magisteriales que regresen a las aulas y brinden a sus alumnos ‘un cierre de ciclo escolar digno’, es aberrante. Pero es la justa medida de la autoridad del Estado y el ejemplo más ilustrativo de en manos de quién en realidad está la educación que el Estado tiene la obligación de impartir en el país según lo establecido en el Artículo Tercero de la Constitución.
SM