La lista más votada de la regeneración judicial

Signos

Sí, lo dicho: los grupos gobernantes seguirán poniendo la Justicia a su merced. Y más los de la regeneración moral y autores de la politización del Poder Judicial y de la elección directa de todos los Ministros y Magistrados y Jueces del país, tan desconocidos como son para casi todos los ciudadanos y para la absoluta mayoría de quienes deben elegirlos con su voto para que representen y defiendan sus derechos de ley. Gobernadores e incondicionales suyos y puestos por ellos en los Tribunales Electorales y de Justicia en sus Estados y en las Legislaturas de los mismos controladas por las mayorías de su partido (a menudo espurias y financiadas con ‘dinero negro’ o ganadas con la carismática y subsidiaria popularidad obradorista y que son las que cumplen, dichas Legislaturas obscenas, con las órdenes gubernamentales para designar Fiscales estatales ‘autónomos’ y Magistrados de los Tribunales Superiores de Justicia y de los Tribunales electorales locales) son quienes harán la democracia en el entorno de sus feudos, como en Quintana Roo, donde el Partido Verde, camuflado con el color guinda de Morena, ha ordenado que la reforma obradorista del Poder Judicial se opere electoralmente al modo de sus particulares intereses y los electores no elijan a candidatos individuales (ya de por sí seleccionados y puestos de manera discrecional en las listas de los tres Poderes republicanos estatales) sino a todos los de una sola de las tres listas, como ha sido condicionado por el Tribunal Electoral del Estado, aunque, a final de cuentas, las tres listas tienen el visto bueno del verde grupo gobernante de Morena, y los electores, inclinados por el protagonismo político morenista dominante y las fidelidades al cuatroteísmo de los pagos puntuales del Bienestar y la devoción al movimiento de Andrés Manuel y de Claudia por la purificación y la transformación del país, habrían de elegir, como la opción más probable, la lista del Gobierno, y habría de consumarse así el más descarado y cínico proceso democratizador del sistema de Justica, en la cara misma de una sociedad iletrada que no sabrá siquiera que con su anuencia de acción o de omisión sus derechos constitucionales han sido burlados de una manera más ofensiva y criminal de lo que ya lo eran, y gracias a su equívoca idolatría obradorista bien pagada por el Banco del Bienestar y capitalizada por los oportunistas y mercenarios de la causa de la regeneración moral.

SM

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