
Signos
Son patéticas las defensas que hacen los Presidentes del partido Morena y de su Consejo Político Nacional, Luisa Alcalde y Alfonso Durazo, respecto de los más pérfidos oportunistas arribados desde la oposición a ese partido de la renovación moral y la Regeneración Nacional, y de las dirigencias de su aliado Partido Verde, los delincuentes más percudidos del país y quienes tanto se han burlado de las intenciones y las iniciativas presidenciales claudistas tendientes -cual se asumen- a acabar con el nepotismo y la reelección en los cargos públicos.
¿No se dan cuenta que sus contradictorios eufemismos de justificación los identifican con los más cínicos demagogos del Verde de siempre y de los mejores tiempos del poder del PAN y el PRI?
Durazo, por supuesto, no niega la cruz de su parroquia (o parroquias: priista y panista) como prominente zedillista y foxista que ha sido, ni Alcalde la suya, al frente de una familia instalada en la rentabilidad del nepotismo obradorista.
Su cinismo es elocuente y marca muy bien el rumbo ético de la llamada ‘4t’.
SM