Agentes de la Policía Municipal de Solidaridad están encarcelando a todo aquel transeúnte que no utilice cubrebocas en lugares públicos.
Se trata de una orden de la alcaldesa Laura Berinstain, con el objetivo de frenar el número de contagios en el municipio, que de acuerdo al corte del siete de mayo, llevan registrados 161 casos positivos, de los cuales 22 fallecieron y 74 se recuperaron.
Sin embargo, esta medida contraviene las recomendaciones del Gobierno Federal, de no utilizar la fuerza pública para obligar a las personas a acatar las medidas sanitarias, debido a que el hacinamiento en los centros de detención podría provocar un contagio masivo de Covid-19.
“En otras palabras: imagine que una persona tiene el virus, y se encuentra en la calle sin cubrebocas. Podrá contagiar a dos o tres personas. Pero si a ese ciudadano lo metes en una celda pequeña con otras 15 personas, es seguro que va a contagiarlos casi a todos. Y cuando sean liberados al cabo de unas horas, esas 15 contagiarán a sus familias. Por eso no se recomienda esta medida”, dice en entrevista el doctor Gabriel Peña.
Y puntualiza que una medida más efectiva sería las multas, siempre y cuando no sean excesivas, de un salario mínimo, a fin de tampoco afectar la economía de la población.
De acuerdo con información de la dirección municipal de Seguridad Pública, la cárcel de Playa del Carmen tiene capacidad para mil 48 reos, pero actualmente se encuentran mil 438 personas encarceladas, por lo que existe una sobrepoblación de aproximadamente un 40 por ciento.