Signos
Un grupo de agricultores conversaba el domingo pasado, cerveza en mano, en un establecimiento de su pequeña comunidad rural del norte del país.
¿Por quién votarían en las elecciones, ya en puerta, del Poder Judicial?, preguntó uno de ellos poniendo el tema en el centro de la tertulia y apartando la cotidianidad de sus asuntos de siempre: sembrar o no sembrar entre los vaticinios del clima temporalero y la falta de recursos de los empeorados tiempos de la tierra, etcétera. Y otro abundó, entusiasmado con el nuevo tema, que le importaría más que nada que se hablara, por ejemplo, sobre las Magistraturas de Tribunales Colegiados de Circuito y sus posibles candidatos. “Sí, perfecto”, dijo otro. “Platiquemos de eso. ¿Qué importa más de los candidatos?”, añadió, “¿que sean neutrales o que defiendan los intereses del pueblo?”…
No. No es cosa de una utopía. Es no más que lo que podría ser un cuento tonto.
SM