Más administradora que política

Signos

Gratifica -a unos- el interés modernizador de los procesos de la gobernanza mexicana en los que se afana y de los que da cuenta la Presidenta Claudia. Y lo hace, asimismo, la reacción de algunos de los combativos y renombrados periodistas militantes de la oposición que acusan ese empeño presidencial como un exceso de administración de su Gobierno debido a la pobreza política de su liderazgo. Es decir, según la jerga popular: si es por un lado, lloran; y si es por el otro, también lloran. ¿Pues no lamentaban tanto la politización belicosa de las Mañaneras obradoristas? ¿Ahora extrañan la rijosidad y las incansables guerras retóricas de las que ahora descansa Andrés Manuel en la lejana quinta palencana? ¿Extrañan las madrinas cotidianas que tanta tela para injuriar en reciprocidad les daban, a falta de porciones justas de información y de buen juicio para documentar sus cada vez más áridos y abandonados y enyerbados territorios editoriales? ¿Ahora es mucha administración y muy poca política porque hay más sustancia y grano que ganas de enzarzarse en las querellas de fango que ganaba por paliza la carismática y coreada en andas popularidad del Santo macuspánico contra los cavernarios de la pluma de la esquina contraria o de los X (González) y de los Latinus madracistas y oligarcas perdedores que ahora claman en la llanura de la opinión pública perdida que se han perdido, asimismo, los sabios equilibrios de la democracia defendidos por Ministros millonarios de la Corte y similares millonarios consejeros electorales y de transparencia y anticorrupción, tan autónomos y soberanos como las filiaciones militantes que los hicieron lo mismo la mar de soberanos que de millonarios y arbitrarios árbitros de la justicia y de la democracia? Pero bueno, dirán: ‘sí, señor, nos partía la nuestra pero nos maiceaba de sobra para la especulación y la calumnia del día a día. Pero, ¿ahora? Ni el Chapulín Colorado. Mucha administración, pues. La señora Presidenta es más administradora que política, acusan, o lamentan. Y por ese lado se exhibe la frustración. Deja más al periodismo de ese tipo la querella especulativa que la información propiamente dicha.

SM

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