Definitivamente si estas ebrio no manejes, pero tampoco hagas el ridículo en el taxi, tal como lo hizo Naye, quien se puso a tal grado de impertinente que su compañero de parranda prefirió ir a la cárcel que pasar la noche con ella.
Todo sucedió en Playa del Carmen el pasado domingo, cuando Naye y su esposo, Rodrigo, regresaban en taxi de una fiesta. Al llegar su marido no aguantó las ganas y vomitó el asiento trasero.
De inmediato el conductor de la unidad 1234 les exigió que paguen la limpieza, pero la mujer se enfureció y se negó, argumentando que no iban a dar un peso más ya que su esposo era policía. Y por ese mal rato, se negó también a pagar el servicio.
El chofer no tuvo más opción que llamar a la policía. Cuando los agentes llegaron, la mujer comenzó a amenazarlos, argumentando que su marido es un “pesado” en la corporación que iba a hacer que los investigue Asuntos Internos por sus acciones.
El susodicho compañero intentó calmar durante todo este tiempo a la mujer, pero ante la imposibilidad mejor optó por entregarse voluntariamente a los agentes, a fin de pasar las horas de castigo en los separos, que la noche con su esposa.
La fémina por su parte tuvo que ser arrastrada hasta su casa, donde rompió varias de sus propias cosas en su furia.