CANCÚN.- Durante la rueda de prensa virtual para presentar el encuentro de negocios entre los países que conforman el Mundo Maya, Mynor Arturo Cordón Lemus, director general del Instituto Guatemalteco de Turismo, aseguró que hay negociaciones con México para extender el Tren Maya hasta ese vecino país centroamericano.
“Está en proceso un convenio con México para el Tren Maya; el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala tiene ya acercamientos para ver las estaciones que van a estar dentro de Guatemala. Desde la perspectiva del turismo es una oportunidad de desarrollo, oportunidad de trabajo, va a traer una nueva calidad de vida para habitantes de diversos sectores por donde el Tren Maya va a tener su ruta”, mencionó.
Por su parte, Marisol Vanegas Pérez, secretaria de Turismo de Quintana Roo, resaltó que además de la infraestructura también se le deben sumar a esta alianza los estímulos fiscales federales que recién se decretaron para el sur de México: desde el 1 de enero se generaron reducciones al IVA, de 16 a 8%, así como al ISR, de 30 a 20%, y estímulos al IEPS a gasolinas para 22 municipios de Chiapas, Tabasco y Campeche.
El secretario federal de Turismo de México, Miguel Torruco Marqués, comentó que la ampliación del Tren Maya hasta Centroamérica es un “sueño” que buscará hacer realidad el actual Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Según reportes de la prensa guatemalteca, el presidente de ese país, Alejandro Giammattei Falla, dijo a mediados del año pasado que esperaba firmar el acuerdo del Tren Maya con México antes de concluir el 2020. “Firmamos el convenio este año. El tren de México va a entrar a Guatemala y la primera línea sería construida por una empresa inglesa”.
Las proyecciones del Gobierno guatemalteco refieren que la vía férrea atravesaría por el puente fronterizo Rodolfo Robles, que une a las localidades de Tecún Umán (Guatemala) y Ciudad Hidalgo (Chiapas), lo cual implica una ruta de 164 kilómetros, partiendo desde la ciudad de Escuintla, cercano a la capital guatemalteca, hacia la frontera con México.
Fuente: El Economista