Signos
Se aparece una camioneta negra con logotipos de la Comisión Federal de Electricidad, y dos sujetos que bajan de ella, vestidos como trabajadores de la empresa, llaman a la puerta y advierten a quien les abre que el consumo de energía eléctrica en el domicilio es demasiado bajo. Se les indica que la casa se habita solo de manera temporal porque sus dueños residen fuera y que además pagan su consumo ‘en línea’, por adelantado y manteniendo siempre un ‘saldo a favor’. No les importa la explicación. Advierten de una próxima visita. Sabrán cuando los dueños estén en casa. Y les notificarán que deberán cubrir una cuota regular de energía eléctrica con ‘ellos’, quienes en esa próxima visita se llevarán consigo el medidor de la corriente. Por ahora es todo. No observan el recibo de la ‘luz’ que se les muestra y marca cero adeudo. Nada. Se trata sólo de un aviso. Y ese mismo día y en medio del caudal de noticias y temas mediáticos relativos a las campañas propagandísticas de Trump sobre amenazas migratorias, comerciales, antinarco y de todo junto, su Secretario de Estado, el cubano Marco Rubio, en gira por Centroamérica, acusa que hay regiones de México donde las bandas del crimen organizado suplen, total o parcialmente, a las autoridades legales. Y controlan, en efecto, esas bandas, cada vez más sectores del poder público y político de todos los partidos y alianzas militantes, como ocurre en el noreste tamaulipeco, donde la mayor parte de la entidad, desde los tiempos del Gobernador priista Tomás Yarrington Ruvalcaba (que ‘concesionaba’ sectores policiales a Los Zetas y fue parte de la diversificación del ‘narco’ a todas las actividades delictivas más allá del tráfico de drogas, como el secuestro y la extorsión, además de posibilitar la industria de la extrema crueldad, inaugurada por Los Zetas, donde la violencia criminal ha salpicado de sangre sicaria e inocente a todo el territorio nacional), está a merced del narcoterror. Y si Claudia quiere tener éxito, tendrá que combatir sin tregua -y qué mejor que con la contribución de las fuerzas de la Inteligencia y los aparatos armados ‘americanos’- los narcoGobiernos estatales y municipales que, como en Tamaulipas, ‘gobernado’ por el expriista morenista Américo Villarreal Anaya, forman parte, por voluntad o por la fuerza, del crimen organizado. En esa lógica y del mismo modo que en Quintana Roo, Fiscalías, Policías y tribunales se incluyen entre los ámbitos de dominio del narcoterror. Y sin limpiar esos establos políticos y jurisdiccionales, no podrá haber un nuevo orden de paz social y constitucionalidad.
SM